Cuando todo se acelera -el trabajo, las preocupaciones, los niños, la casa, la vida-, el cuerpo y la mente acaban pasando factura. El estrés no siempre llega en forma de gran crisis, a veces se instala poco a poco, casi sin que nos demos cuenta, hasta que un día explotamos. Pero no siempre necesitamos una pastilla para volver a sentirnos bien. Existen formas naturales, sencillas y efectivas de calmar el sistema nervioso, bajar pulsaciones y recuperar el control.

Respirar: el gesto más simple y más poderoso Parece una obviedad, pero no lo es. En momentos de estrés, la respiración se vuelve superficial y rápida, lo que alimenta aún más la sensación de ansiedad. Por eso, parar y respirar profundamente puede cambiarlo todo. Prueba esto: cierra los ojos, apoya una mano ... + leer más