La Blancanieves del siglo XXI viviría en este moderno castillo belga

Cuando pensamos en un castillo , seguramente la primera que nos vienen a la cabeza es el de Disney . Torreones, muros de piedra, estrechas ventanas... Una estética casi medieval que dista mucho de la arquitectura de hoy en día. Eso no quiere decir que no se puedan seguir construyendo castillos en el siglo XXI, y buen ejemplo de ello es esta espectacular construcción en la que no nos cuesta nada nada imaginarnos a una Blancanieves actual ni a su madrastra , mirándose una y otra vez en su famoso espejo. Villa Dirickz se encuentra en la periferia de Bruselas, en Bélgica, y es un auténtico sueño que empezó a plasmar el arquitecto Marcel Leborgne a finales de la década de los 20 del siglo pasado. Leborgne imaginó una especie de cubo en el que las líneas rectas fueran las principales protagonistas , a las que les confirió dinamismo jugando con los volúmenes y con una divertida escalera de caracol exterior. Una auténtica joya modernista. Sin embargo, la construcción no llegó a buen puerto y, tras muchos años abandonada, en 2007 Alexander Cambron se hizo con ella y confió una profunda reforma a los arquitectos Pierre Accarain y Marc Bouillot para que culminaran este fabuloso palacio. La vivienda cuenta con cerca de 1.000 m2, un jardín de 400m2 y un increíble jardín de alrededor 20.000 m2 . En su impecable fachada blanca destacan los ventanales con elementos de hierro y aluminio, un toque industrial que equilibra su apariencia externa. Cuatro niveles y una terraza que ya desde fuera proyectan una sensación de amplitud y ligereza . Al entrar, esta sensación queda contrastada. Grandes estancias luminosas y livianas en las que el contraste entre el blanco y el negro marca el compás. Unas opulentas columnas doradas son el contrapunto perfecto para redondear el aspecto global de la casa. Los principales materiales que se han utilizado en esta remodelación son el cemento, el hierro y el mármol. Este es el protagonista de los acabados de la espectacular piscina interior, que cuenta con un ventanal que integra el jardín en este espacio. En la casa encontramos cinco lavabos de ensueños, una espectacular sala de reuniones con una larga mesa de aire minimalista y un salón cuyos ventanales hacen -aún- más grande la sensación de espacio. El mobiliario, de la firma Alivar , ha sido exquisitamente escogido para mantener el aire elegante y exquisito de toda la casa. Sofás, mesas, sillas y muebles auxiliares en blanco y negro, de líneas limpias y sencillas, que casan estupendamente con los cuadros que adornan las paredes. ¿A quién no le gustaría sentirse un príncipe o una princesa de hoy en día en un castillo como éste?

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