Los piojos ¿una epidemia?

El diagnóstico es claro. El signo fundamental es que los niños (principales hospedadores) se rasquen la cabeza sin parar cuando el piojo pica su cuero cabelludo para alimentarse. Dicha picadura produce mucha irritación, ya que al succionar la sangre liberan una sustancia tóxica anticoagulante. La inspección de la cabeza, sobre todo en la nuca y detrás de las orejas, permite descubrirlos: piojos o liendres de color gris o blanco que no se desprenden fácilmente, frente a caspillas que sí se despegan sin problema.

El contagio se produce por contacto directo, pues los piojos pasan de una cabeza infestada a otra sana. Para prevenir el contagio se recomienda: - Revisar la cabeza de nuestros hijos con frecuencia, sobre todo detrás de las orejas, la nuca y el flequillo - No compartir gorros, toallas o peines - ... + leer más


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