Si estás dentro de esos millones de personas que cada comienzo de año se aferra a una lista de buenos propósitos que al final no cumple, tienes una nueva oportunidad. Al fin el tan nefasto 2020 queda atrás, y ya que estamos con los nuevos comienzos, puedes de paso darle carpetazo de paso a las excusas. No vale autoconvencerse de que estás demasiado ocupada o simplemente de que no es lo tuyo.

Por ejemplo, en el caso de que tu objetivo sea empezar a hacer deporte regularmente, toma nota de estos consejos sobre cuál es la mejor manera para que te vaya bien. Si vas sobre seguro es menos probable que decaigas. Al fin y al cabo, la motivación es clave para no tirar la toalla antes de empezar.

Primero debes de tener en cuenta que el ejercicio no tiene por qué ser ni difícil ni costoso. No es necesario que inscribisas en un gimnasio, ni que te compres la última equipación de X marca. Luego debes saber que no hay una rutina o un tipo de ejercicio que sea mejor que otro. Lo más importante es que te guste la actividad que elijas practicar. Esto implica cualquier deporte, desde caminar, correr o nadar hasta dar clases de baile.

¿Por cuánto empiezo?

De acuerdo con los expertos, un adulto debe realizar realizar 150 minutos (2,5 horas) de actividad física de intensidad moderada por semana. Acorde a los estudios, la recomendación es dividir ese tiempo de ejercicio en 30 minutos al día durante cinco días.

En cualquier caso, lo importante es empezar poco a poco y progresar lentamente, sobre todo en el caso de personas sedentarias. Esto implica comenzar con un nivel de actividad bastante ligero, y gradualmente aumentar la duración y la intensidad. Si nunca has hecho deporte, comienza con 20 minutos al día, tres días a la semana. Porque pasar de 0 a 100 es contraproducente para adherirse a ese hábito.

Otra recomendación para mantener la rutina es sumar al ejercicio a algún amigo para que sea más agradable.

Evitar lesiones

Aunque como hemos comentado antes es importante elegir actividades que te gusten, también es importante enfatizar en que si estás empezando, son preferibles las de bajo impacto como caminar, nadar, montar en bicicleta o la elíptica.

¿Por qué? Para no lesionarte. Las de alto impacto ejercen presión sobre los músculos y las articulaciones y pueden causar distensiones o esguinces a un principiante cuyo cuerpo no está acostumbrado a tanto trote.

Mantener la rutina

Una vez arrancas, llega otra barrera, la más difícil: no abandonar. Existen muchos inconvenientes para hacer ejercicio regularmente. O más concretamente, quien quiere hacer algo encuentra el medio, y quien no, hallará una excusa. Este proverbio árabe define a la perfección los tan manidos "no tengo tiempo" o "mañana empiezo".

Tan solo 20 minutos de ejercicio pueden ser beneficiosos. Por muy apretada que esté tu agenda, es tan simple como aparcar un poco más lejos del lugar de trabajo o poner el desperatdor unos minutos antes.

Y lo más importante, es mejor establecer un objetivo específico para mantenerte motivada a mejorar y a superarte.