Son muchos los trastornos psicosomáticos relacionados con el estrés: eczemas, dermatitis, depresión, fibromialgia, insomnio o demencia se encuentran entre ellos. También dificulta la atención y la memoria y hay otros que no suelen relacionarse con él, pero que también pueden presentarse en personas estresadas. Destacarían: 1-Dolor de cabeza durante el ...
Son muchos los trastornos psicosomáticos relacionados con el estrés: eczemas, dermatitis, depresión, fibromialgia, insomnio o demencia se encuentran entre ellos. También dificulta la atención y la memoria y hay otros que no suelen relacionarse con él, pero que también pueden presentarse en personas estresadas. Destacarían:
1-Dolor de cabeza durante el fin de semana. El estrés puede desencadenar migrañas cuando la tensión que nos acompaña en nuestras actividades diarias se reduce. Para reducir el dolor de cabeza se recomienda controlar los horarios de sueño y comida manteniendo en lo posible el que se realiza durante la semana.
2-Dolor en la cara. Es una sensación concreta, muy específica y descrita por numerosos pacientes que acuden a su médico de familia o a su dentista en busca de una solución. Quien padece una cierta tensión nerviosa, suele apretar con fuerza su mandíbula en todo momento, pero especialmente por la noche. Cuando te levantes, percibirás dolor en la mandíbula, los dientes, la cara, el cuello e incluso en las cervicales o los ojos debido, precisamente, a la fuerza con la que aprietas tu boca y rechinas los dientes.
3-Dolor de espalda. El número de personas que padecen múltiples dolores de espalda en diferentes zonas es muy elevado. El que se asocia especialmente a la tensión nerviosa es el que se produce a nivel cervical y lumbar se relaciona directamente con las contracturas musculares que este estrés provoca. La tensión crónica genera malas posturas y problemas articulares, que causan dolor. Se recomienda practicar un ejercicio controlado para reducir esas sensaciones.
4-Dolor de estómago. Son muchos los pacientes que describen ardor de estómago, malas digestiones, flatulencia, dispepsia o retortijones que no suele asociar a la ansiedad pero que, en muchas ocasiones, es un síntoma de que los niveles de estrés son altos. La situación debe ser analizada por el médico y, si en las pruebas objetivas no se encuentra ninguna que la explique, sería necesario valorar si la causa es la tensión nerviosa.
5-Encías sangrantes. Los elevados niveles de cortisol que se generan en el organismo debido a la tensión mantenida en el tiempo debilitan el sistema inmunológico a todos los niveles. Así, en la boca, las bacterias encuentran una mayor facilidad invadir e infectar las encías. Si vives con estrés, tienes mayor riesgo de padecer enfermedad periodontal.
6-Sueños anómalos. Lo normal es que nos despertemos de mejor humor que cuando nos acostamos, pero cuando estamos estresados el proceso se altera, nos despertamos varias veces durante la noche y sufrimos pesadillas. Levantarte más cansado que cuando te acuestas indica que no descansas adecuadamente.
Todas estas sensaciones se relacionan con la actividad de nuestro cerebro, que es el que controla el organismo y permite que funcione todo correctamente. Su secreto es la combinación de neurotransmisores, especialmente dopamina, serotonina y acetilcolina.
Cuida tu dieta, cambia tus hábitos, consulta a tu médico y vive más tranquilo. Tu salud te lo agradecerá y muchos de los síntomas que padeces desaparecerán.
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