Una de cada siete parejas tiene problemas a la hora de concebir un hijo de forma natural. Se cree que algunos factores incrementan las posibilidades de infertilidad, siendo el síndrome metabólico y uno de sus principales síntomas, el sobrepeso, uno de ellos. El sobrepeso afecta a entre el 30% y el ...
Una de cada siete parejas tiene problemas a la hora de concebir un hijo de forma natural. Se cree que algunos factores incrementan las posibilidades de infertilidad, siendo el síndrome metabólico y uno de sus principales síntomas, el sobrepeso, uno de ellos.
El sobrepeso afecta a entre el 30% y el 40% de las mujeres en edad reproductiva. Los expertos recomiendan a estas mujeres visitar a un especialista o acudir a un centro de fertilidad aunque no hayan llegado a los 35 años o no hayan pasado los 12 meses recomendados de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos.
Las mujeres con un IMC mayor de 30 presentan una mayor dificultad para quedarse embarazadas y deben conocer los potenciales riesgos que supone para ellas la gestación. Algunos expertos señalan que el sobrepeso (IMC mayor de 25) y la obesidad (IMC mayor de 30) son factores de riesgo relacionados con la fertilidad, la gestación, e incluso en la obesidad infantil que padecerán sus futuros hijos.
La obesidad se relaciona con trastornos de la ovulación y alteraciones en la endocrinología reproductiva, no resultando extraño encontrar pacientes obesas que no ovulan, no tienen la menstruación o presentan una menstruación atípica, por lo que la tasa de infertilidad es mayor en estas pacientes.
El hecho de poder quedarse embarazada depende de varios factores hormonales que se ven alterados cuando la mujer es obesa o tiene sobrepeso. Lo mismo ocurre con la resistencia a la insulina, que reduce la fertilidad. Si la infertilidad se asocia a la obesidad se deberá corregir la situación antes de intentar un embarazo.
Estas situaciones se dan en las mujeres cuyo IMC es superior a 25 y empeora cuando se supera el 30. El primer problema se plantea a la hora de intentar quedarse embarazadas (por métodos naturales o recurriendo a la fertilización), ya que les resulta más difícil y largo que a quienes mantienen su peso en límites normales. Se ha asociado a peor calidad ovocitaria, menor tasa de implantación y gestación, exceso de determinadas hormonas, síndrome de ovarios poliquísticos y mayores tasas de abortos.
Si deseas tener un hijo y estás "gordita" debes plantearte perder peso de manera saludable, permanente y duradera antes de quedarte embarazada. Todos los especialistas coinciden en que no es adecuado hacer dieta durante la gestación y que todas las mujeres deben evitar ganar demasiados quilos. Es fundamental seguir una alimentación equilibrada y realizar el ejercicio adaptado a su situación personal.
Cambia tu estilo de vida, haz ejercicio, sigue una dieta saludable y consulta tus dudas al médico si tu objetivo es vivir un embarazo saludable. Suele ser necesaria una buena colaboración entre expertos en reproducción, endocrinólogos, ginecólogos internistas y psicólogos, ya que se requiere un procedimiento multidisciplinar.
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