Cuando nace tu hijo todo son dudas y temores en el sentido de que no sabes cómo resolver ciertas situaciones. Una de las más frecuentes es el peso y la preocupación de que el bebé no come lo suficiente. Es importante tener en cuenta que:

1. La mayoría de las gráficas de peso y longitud que se utilizan en la actualidad se han elaborado con niños que, mayoritariamente, han sido alimentados con biberón. Estos pequeños suelen ganar más peso que los que han tomado únicamente leche materna y los datos que presentan deben considerarse una medida orientativa. Existen tablas específicas elaboradas por la OMS a partir de niños alimentados con lactancia materna y resultan más adecuadas para valorar el crecimiento real de los lactantes. Puedes encontrarlas en la dirección http://www.who.int/childgrowth/standards/es/.
2. Las tablas utilizan datos estadísticos, por lo que el ajuste de los niños en general no es total. Se calcula que la mitad de los niños normales están por debajo de la media y, algunos, por encima sin que ello signifique nada fundamental para la salud del bebé.Es más importante realizar una valoración clínica completa del niño. Fijarse en su aspecto, su actividad, su vivacidad, si moja 4 ó 5 pañales diarios, si responde a los estímulos o si presenta deshidratación, por ejemplo.
3. No debes centrarte en el peso concreto en un momento determinado. Lo más importante es el crecimiento percibido a lo largo del tiempo. De manera orientativa y aproximada, se considera que, tras una pérdida inicial al iniciar la alimentación, hasta las 6 semanas de edad la ganancia de peso es de unos 20-30 g/día, pero no es necesario que lo peses a diario. La OMS presenta tablas de velocidad de incremento de peso, según sexo y peso al nacimiento, con las que se recomienda trabajar. Las puedes encontrar, si así lo deseas en la página http://www.who.int/childgrowth/standards/w_velocity/en/.
4. No te obsesiones con el peso y crecimiento de tu hijo. Estos parámetros debe controlarlos el pediatra en la consulta. No es una buena idea pesar al niño a menudo en la farmacia o en una báscula casera porque esa determinación puede inducirte a error, debido a que no siempre lo llevas vestido de la misma manera o a que su pañal esté más o menos sucio. Cuando haya cumplido el primer mes no es necesario pesarlo cada semana salvo circunstancias especiales por indicación de su pediatra. Él será quien te diga exactamente cómo debes hacerlo y en qué momento realizar la pesada.

No te sientas mal por preocuparte por la evolución de tu bebé. Es normal que analices todo lo que va sucediendo con él, pero obsesionarse con el peso y crecimiento o compararlo con otros niños no resulta conveniente. Cada uno tiene su momento y, cualquier alteración real, el pediatra es el único que puede diagnosticarla y resolverla.