La nueva estación llega cargada de esperanza y temor. Llevamos un año viviendo de manera diferente y no la hemos elegido, nos ha sido impuesta por la situación de pandemia covid global que padecemos. En otras primaveras podemos sentirnos cansados, sin vitalidad, desanimados o raros. La reconocíamos como astenia y se ...
La nueva estación llega cargada de esperanza y temor. Llevamos un año viviendo de manera diferente y no la hemos elegido, nos ha sido impuesta por la situación de pandemia covid global que padecemos.
En otras primaveras podemos sentirnos cansados, sin vitalidad, desanimados o raros. La reconocíamos como astenia y se relacionaría con la falta de fuerza física que aparece espontáneamente y sin conexión con un esfuerzo previo. También se siente un malestar psíquico que no puedes asociar a una tensión nerviosa determinada o a un esfuerzo intelectual más intenso de lo normal.
Esta primavera, los síntomas de la astenia pueden ser fácilmente confundidos o incrementados con lo que los expertos denominan fatiga covid. Los pacientes describen esa sensación de cansancio y fatiga asociados a una tristeza que no son capaces de controlar. En ocasiones, padecen también anhedonia (no disfrutan de nada) e incluso alexitimia (les cuesta mucho demostrar sus emociones).
Si la situación ha acabado con tu humor y te sientes especialmente sensible o demasiado cansado para hacer nada, habla con tu médico, sigue sus consejos y modifica tus hábitos nocivos para recargarte de energía.
Es importante que no te encierres en casa, en el trabajo, o en ti mismo, salvo indicación contraria de las autoridades sanitarias. El aire libre es muy importante para tu mente y tu cuerpo (ya hemos pasado mucho tiempo encerrados) y hablar con los demás también te ayudará a recuperarte emocionalmente. Es posible hacerlo cumpliendo las medidas higiénicas que evitan el contagio covid.
El descanso es fundamental. Las tensiones diarias te afectan, seguro, pero, sin el necesario descanso, no conseguirás reponerte. Si tienes problemas para dormir o tu sueño no es reparador, acude al médico y coméntaselo. No te automediques ni recurras al consumo de "productos naturales" sin control del especialista.
Reduce tu estrés o evítalo completamente si es posible. Nadie puede vivir continuamente preocupado, angustiado o enfadado, ni es necesario. Hay momentos mejores que otros, pero intenta relajarte en todos ellos. Practica alguna técnica de relajación para sentirte mejor.
Practica ejercicio. Cualquier actividad física que implique movimiento puede servirte para aliviar la tensión acumulada. Aunque te sientas fatigado, realizar un deporte ajustado a tus capacidades reales te sentará bien y te ayudará a recuperar tu energía.
No te automediques. No necesitas vitaminas porque tú lo creas. Es imprescindible que lo valore tu médico. Lo mismo ocurre con los productos fitoterapéuticos, pues contienen principios activos que no deben ser consumidos sin necesidad. Es cierto que existen en el mercado muchos complementos "naturales" que son útiles para activar tu energía, pero siempre deben ser administrados bajo control.
No es el momento de hacer una dieta para perder peso y menos sin control del especialista. Incluye en tu menú alimentos proteicos (carne, pescados, mariscos o legumbres) en cada una de las comidas principales, limita el consumo de azúcar y reduce el consumo de la estimulante cafeína (sustituye el café por un té verde, por ejemplo). Tu cuerpo te lo agradecerá.
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