El objetivo principal de la economía circular es aprovechar los recursos y reducir las materias primas y el consumo, por lo que este sistema económico y social trata de evitar el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía, al tiempo que busca convertirse en una alternativa al modelo actual de producción y consumo. Es decir, reutilizar los recursos para reducir residuos y cuidar el medioambiente, pasando de un consumo lineal (de usar y tirar), a un consumo basado en la optimización de recursos.

Los pilares fundamentales sobre los que se asienta la economía circular son tres:

• Conservar el capital natural, controlando la utilización de los recursos finitos (es decir, que algún día se agotarán), e incorporando recursos renovables, como las placas solares, los coches eléctricos, etc.
• Evitar todo tipo de contaminación, ya sea el aire, el agua, la contaminación acústica y lumínica y evitar en la medida de lo posible el cambio climático.
• Maximizar la vida útil de los productos y optimizar los recursos todo lo que sea posible.

Todo esto nos reportará numerosos beneficios y podemos conseguirlo por medio de una serie de acciones que van encaminadas, por ejemplo, a disminuir la deforestación, reducir las emisiones de carbono, limitar el consumo de energía o evitar el agotamiento de los recursos naturales, entre otras acciones.

Pero, ¿cómo podemos participar nosotras de esa economía circular?, ¿qué puedo hacer para optimizar los recursos y reducir mis residuos? ¡Sigue leyendo que vamos a darte algunas ideas sencillas que puedes poner en práctica en casa!

6 consejos para aportar tu granito de arena

Aunque pienses que no, desde casa y con pequeños gestos, todos podemos aportar nuestro granito de arena para generar menos residuos y promover la economía circular. ¿Cómo? ¡Toma nota!

1. Reparar: Antes de pensar en deshacerte y tirar tu dispositivo móvil, la tablet o cualquier otro aparato electrónico, piensa si puedes darle una segunda vida. Existen muchas empresas que se dedican a reparar esos productos que se han quedado un poco obsoletos.

2. Reduce tu basura todo lo que puedas: El primer paso es, sin duda, minimizar el consumo de recursos. ¿Cómo? por ejemplo, preparando comidas que generen pocos desperdicios, decantarte por las facturas electrónicas y rechazar las facturas en papel, no pedir bolsa de plástico cuando vayas al supermercado (puedes llevarte una de casa y reutilizarla o esas tan monas de tela), y comprar productos sin embalaje.

3. Haz la lista de la compra, como hacía nuestra madre cuando nos mandaba a los recados de pequeñas, ¿te acuerdas? Para ello, antes de ir a hacer la compra echa un vistazo a tu despensa y procura adquirir solo aquellos productos y alimentos que realmente necesites. Eso evitará que tires comida y los envases y materiales con que vienen envueltos los productos.

4. Recicla: Piensa en todos esos desechos que vas a tirar. Las pilas, los cartones, los bricks, las latas,... quizás alguno de ellos (o todos), pueden volver a utilizarse y tener una segunda vida útil. Por eso es tan importante reciclar y depositar los residuos en su contenedor correspondiente.

5. "Doggy bag": No es el nombre de un grupo músical ni una nueva tendencia de moda. ¿Recuerdas cuando antes ibas a un restaurante y lo que no te comías lo debajas en el plato? Pues ahora eso ha cambiado. El "doggy bag", también conocido como "gourmet bag" consiste en pedir que te preparen para llevar la comida que te sobra en el restaurante. Aunque te parezca mentira, con este pequeño gesto también estás contribuyendo a la economía circular.

6. Segunda mano, ¡sí, gracias!: Los mercados y tiendas especializadas en ropa o cosas de segunda mano ya no son algo del pasado. Se han extendido como la pólvora, entre otras cosas, gracias a las numerosas plataformas digitales y apps que existen e informan de los mejores chollos. ¿Te gustarái probar alguna?