Nuestra microbiota está formada por un montón de bacterias vivas que se encargan de nuestra salud intestinal y evitan el desarrollo de enfermedades. Cuando tomamos alimentos con probióticos naturales estamos introduciendo directamente esos microorganismos vivos muy beneficiosos para la salud. Por ejemplo, ayudan a mejorar la salud digestiva, a reducir ...
Nuestra microbiota está formada por un montón de bacterias vivas que se encargan de nuestra salud intestinal y evitan el desarrollo de enfermedades. Cuando tomamos alimentos con probióticos naturales estamos introduciendo directamente esos microorganismos vivos muy beneficiosos para la salud. Por ejemplo, ayudan a mejorar la salud digestiva, a reducir la depresión y potenciar la salud cardiovascular. Alguna evidencia científica sugiere que incluso pueden darle a la piel un mejor aspecto.
De manera que los probióticos naturales son microorganismos vivos que se encuentran de manera natural en muchos alimentos, sin necesidad de agregarlos de forma artificial mediante suplementos nutricionales. En concreto, la Organización Mundial de la Salud los define como "microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo". Sobre todo, inciden directamente sobre la flora intestinal o microbiota.
Eso sí, los naturales, inherentes a los alimentos, son muy distintos a los artificiales, pues pasan por una fermentación previa que potencia aún más sus beneficios. Algunos ya los consumirás en tu dieta diaria y otros no, pero estos productos no deberían faltar en tu lista de la compra.
Es una de las mejores fuentes de probióticos, pues están elaborados con bacterias `buenas´ principalmente bacterias del ácido láctico y bifidobacterias.
Sin embargo, ten en cuenta que no todos los tipos de yogures contienen probióticos vivos. En algunos casos, las bacterias vivas han muerto durante el procesamiento. Por esta razón, elegirlos con cultivos activos o vivos.
Además, lee siempre la etiqueta del yogur antes de comprarlo. Incluso si está calificado como bajo en grasa o sin grasa, puede llevar agregada una gran cantidad de azúcar.
Aunque la mayoría de los tipos de queso se fermentan, no significa que todos contengan probióticos. Por lo tanto, es importante seguir el mismo proceso que al comprar yogures: buscar cultivos vivos y activos en las etiquetas de los alimentos.
Las bacterias buenas sobreviven al proceso de envejecimiento en algunos quesos, incluidos el gouda, la mozzarella, el queso cheddar y el requesón. Además de delicioso, el queso es muy nutritivo y una muy buena fuente de proteínas, vitaminas y minerales como el calcio, la vitamina B12, el fósforo y el selenio.
Esta bebida láctea fermentada con origen en Turquía y Rusia se ha ido poniendo de moda, y es que es un must en el mundo de los probióticos, especialmente el kéfir de leche. Tiene un gran parecido con el yogur, solo que su elaboración es más fácil y contiene más variedad de microorganismos.
Sí, tal cual. Los encurtidos proporcionan lavaduras y bacterias vivas que nacen en su proceso de fermentación.
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En la gastronomía japonesa encontrarás un amplio abanico de alimentos probióticos naturales, así que si eres fan de este arte culinario lo tienes muy fácil. Solo tienes que elegir delicatessen varias como la sopa miso, o elaboraciones que contengan alga kombu, natto, setas shiitake o té matcha.
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