Tener una buena salud visual y mantener las revisiones periódicas son, sin duda, imprescindibles para lograr la máxima calidad de aprendizaje en la etapa escolar. Si además se suma la situación actual de pandemia con posibles rebrotes y confinamientos que puedan surgir, es necesario que los niños se realicen exámenes ...
Tener una buena salud visual y mantener las revisiones periódicas son, sin duda, imprescindibles para lograr la máxima calidad de aprendizaje en la etapa escolar. Si además se suma la situación actual de pandemia con posibles rebrotes y confinamientos que puedan surgir, es necesario que los niños se realicen exámenes de detección de posibles problemas visuales. Los más comunes son la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía, pero también hay otras disfunciones de la visión binocular detectadas que hay que analizar a fondo y que pueden afectar a su rendimiento escolar.
Hay síntomas y signos que pueden estar relacionados directamente con un problema visual y que no se puede solucionar únicamente con el uso de gafas, reconoce Fabio Delgado, director óptico de Cottet. Según él, "hay que estar alerta si el niño se salta palabras al leer, confunde letras, tiene dificultad de concentración, mala caligrafía o lee más despacio que los demás, porque podría tener un problema que dificulte su aprendizaje". Para prevenirlos, los expertos recomiendan "realizar exploraciones optométricas anuales a partir de los 3 años y cribajes en las escuelas entre los 5 y los 9 años para detectar a tiempo y trabajar esas posibles deficiencias".
En España, según el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO), el 30% del fracaso escolar está relacionado con alteraciones de la visión no diagnosticadas.
Existen algunos signos que aparecen, normalmente, cuando un niño tiene problemas de visión y éstos no se pueden solucionar únicamente con unas gafas. Algunos de ellos son:
Si se dan alguna de estas situaciones, lo mejor es realizar un examen visual que requiere de una exploración específica. En una revisión convencional se estudia la salud ocular, agudeza visual y la refracción, mientras que con pruebas adicionales se explora la acomodación, la visión binocular, la motilidad ocular y las habilidades visuo-perceptivas.
El entrenamiento visual es un programa de apoyo personalizado clave para ayudar a niños con síntomas y signos que pueden repercutir en el rendimiento escolar, sin que se tenga conocimiento de ello. Esta metodología trata de mejorar las habilidades visuales, que aparecen alteradas, para obtener un rendimiento visual superior.
Tal y como indica el experto de Cottet: "la salud visual va más allá de revisar la graduación. Hay que realizar una exploración específica y según resultados seguir un programa de entrenamiento visual con el objetivo de que la vista trabaje de una manera eficiente. Una buena capacidad lectora es determinante en la etapa escolar para una correcta evolución del niño y para lograrlo es especialmente importante analizar las habilidades visuales relacionadas con las tareas de cerca".
El entrenamiento visual puede tener una duración de entre 4 y 6 meses. El número total de sesiones dependerá del problema que presente el niño, de la motivación y del cumplimiento del entrenamiento en casa.
¿Quieres escuchar nuestros podcast ? Únete a nuestra comunidad y sumérgete en un mundo de inspiración y empoderamiento para la mujer moderna.
Las últimas tendencias en salud, maternidad, viajes, cultura y feminismo en nuestra revista.
Acceso a noticias y newsletters exclusivas
Descarga de materiales únicos, como webinars, podcasts o vídeos
¿Te lo vas a perder?
Acceder