Es importante seguir una rutina de sueño. Tu hijo debería acostarse siempre a la misma hora. Para lograr que lo haga, puedes crear vuestra propia rutina: leer un cuento, cantar una canción... Se trata de que esté tranquilo, a gusto y sepa qué va a suceder a continuación. Le ayudará ...
Es importante seguir una rutina de sueño. Tu hijo debería acostarse siempre a la misma hora. Para lograr que lo haga, puedes crear vuestra propia rutina: leer un cuento, cantar una canción... Se trata de que esté tranquilo, a gusto y sepa qué va a suceder a continuación. Le ayudará a sentirse acompañado mientras logra conciliar el sueño.
La permisividad a la hora de compartir espacio de sueño con los más pequeños varía según las culturas y, en definitiva, según cada familia. Comprender a tu hijo es esencial. En ocasiones, los miedos son los responsables de que no quiera dormir solo hasta los siete años de edad aproximadamente; por ejemplo, puede sentir temor a la oscuridad o a los monstruos que creen que existen en ella. Es importante que le ayudes a recuperar la confianza y tranquilidad.
Es recomendable ir paso a paso hacia la meta de que los pequeños duerman toda la noche en su habitación. Existen varias opciones como la transición de tumbarnos con el niño a sentarnos a su lado, acordar un tiempo para despedirnos o quedarnos un rato en la puerta.
Aunque tu hijo tenga dos, tres o cuatro años, todavía depende de ti para un muchas cosas. Él lo sabe porque lo siente. Por eso necesita tener la seguridad de que puede contar contigo.
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