La yogui Lucía Liencres nos da las claves para practicar el yoga durante estos días del mes: "Es importante saber que cuando tenemos la regla nuestro cuerpo sufre varios cambios que hay que respetar. Normalmente estamos más débiles, más cansadas y más irascibles, y hay que respetar esos estados en nuestro cuerpo y nuestra mente y dejar que descansen".

En yoga, una de las cosas más importantes es saber escuchar a nuestro cuerpo y saber hasta dónde podemos llegar, en función de las condiciones en las que nos encontremos ese día. Si practicas yoga con frecuencia, sabrás que no todos los días te encuentras igual: hay días que eres más flexible, que estás más concentrada, que controlas mejor la respiración, etc., nos cuenta Lucía.

De forma general, se recomienda no practicar yoga durante los tres primeros días de regla o menstruación, pero lo más importante es escuchar lo que nuestro cuerpo nos pide.

Hay una serie concreta de posturas de yoga que ayudan a aliviar los dolores propios de la menstruación y, a la vez, a relajarte. Algunas de las más conocidas son las siguientes:

1. Posición del niño o balasana: posición de descanso, sentada de rodillas, nos dejamos caer hacia delante, apoyando la frente sobre la esterilla y dejando los brazos hacia atrás, relajados a ambos lados del cuerpo.
2. Paschimottanasana: sentada con las piernas estiradas, alargamos nuestra espalda y sujetamos con nuestras manos los pies, si llegamos; si no, nos ponemos un cinturón bordeando nuestros pies.
3. Medio puente: tumbada boca arriba flexionando las piernas dejando los talones en línea con las rodillas, extendemos los brazos a lo largo del cuerpo entrelazando los dedos de las manos y elevamos la pelvis de forma que nos apoyemos en los brazos y los hombros.

Por otro lado, hay algunas posturas que no son recomendables durante la menstruación, como las posturas invertidas (se modifica o se invierte el ciclo natural); aquellas posturas que supongan un desgaste de energía (pues provocará más agitación tanto física como psíquica), o aquellas posturas que nos tensionen demasiado la zona abdominal.

Además, las técnicas de meditación y de respiración (pranayamas) ayudan a que la mente entre en un estado de quietud y calma muy beneficioso para combatir el estrés, la irritabilidad y los trastornos del sueño, por ejemplo. Así como para mejorar la capacidad pulmonar, la circulación o la producción de estrógenos. Además de las posturas de yoga, que de por sí mejoran nuestra flexibilidad, agilidad y equilibrio, ayudan a mantener sanas las articulaciones, disminuyendo el riesgo de lesiones.