A pesar de su importancia, en ocasiones perdemos la motivación por causas ajenas a nuestros deseos. Te proponemos 8 claves que te ayudarán a recuperarla:

1. Piensa en positivo

Tus pensamientos influyen en cómo afrontas cada situación. Si tu visión es positiva, serás capaz de avanzar hacia tus metas. Si eres una persona negativa, no harás nada para mejorar.

Si tienes demasiados pensamientos negativos, es el momento de eliminarlos e ir sustituyéndolos por pensamientos y creencias que te aporten lo que necesitas.

2. Escribe en un diario tus progresos

Una de las claves para motivarnos es tomar conciencia de los progresos que vamos haciendo a corto plazo. Si percibimos que nuestros esfuerzos merecen la pena es más probable que perseveremos. Fragmenta tu objetivo en subetapas que supongan un aliciente para seguir adelante y concédete un premio por cada avance.

Escribe un diario en el que expliques qué has hecho durante el día y cuáles han sido tus progresos. Te ayudará a ver lo que te falta para alcanzar tu objetivo y lo que ya has logrado.

Anota lo positivo (avances y buenas sensaciones) y lo negativo (errores que has cometido e ideas para mejorar).

Elige una hora concreta del día para hacerlo.

3. Imagínate diariamente logrando tus propósitos

Visualiza mentalmente el resultado que deseas alcanzar, durante varios minutos cada día y con todos los detalles posibles.

Cierra los ojos y disfruta imaginando cómo percibes el momento de éxito y satisfacción para aumentar tu motivación.

Dedícale cinco minutos al día. Tu éxito estará más cerca.

4. Acepta tus fallos

No te desanimes si fallas. Relativízalo.

Puedes fallar un día, pero no dos consecutivos. El segundo día es clave. Sería un precedente mental que justificaría tu fracaso.

5. Sana competencia

Contacta con algún conocido que comparta tu objetivo. Estableced una sana competencia que os ayude a ambos. Debe ser un incentivo: apoyarse en el otro para avanzar y que cada uno vaya logrando sus propias metas.

6. Prepara tu mente para los malos momentos

Pasarás por momentos buenos y malos (en los que aparecen pensamientos derrotistas y el deseo de abandonar). Es normal pero debes sobreponerte a ellos.

Si eres consciente de su aparición, gestiónalos para que no te afecten. Elige un motivo importante para seguir adelante.

7. Enumera las razones para seguir motivado

Reconocer tus razones es fundamental. Evitarás las excusas, la pereza y los pensamientos distractores y desmotivadores que te harían desistir.

8. ¿Qué te apasiona?

Si descubres lo que te apasiona y te puedes dedicar a ello, la motivación intrínseca te permitirá afrontarlo de manera eficaz.

Si lo que haces no te satisface, solo tendrás motivación extrínseca. Lo mejor es que busques otra opción.