El pasado 2 de mayo, Día de la Madre, supuso el regreso de una de las actividades con mejor acogida del jardín Marimurtra, con casi un siglo de historia. Casi una treintena de personas se apuntaron al primer Vermú con Faust, organizado desde que estalló la crisis de la Covid-19. La jornada empezó a las 11 de la mañana, momento en el que conocimos a la bióloga y guía de Marimurtra, Sílvia Garriga, con la que visitamos parte de las cuatro hectáreas de terreno que cobijan a más de 3.000 especies vegetales -mediterráneas, subtropicales y de clima templado- de Cataluña, pero también de varios países del mundo.

El jardín destaca por la abundancia de cactus y crasas, palmeras, cycas y plantas acuáticas, medicinales y exóticas. Como la Araucaria australiana que puede alcanzar los 70 metros de altura. O la caña de bambú, alimento predilecto de los osos panda, pero a la que consideran una especie "invasora" que se extiende por cualquier lugar.

Marimurtra se alza sobre la cala Sa Forcanera, la primera de la Costa Brava, rodeado de espectaculares acantilados. Las vistas son magníficas, aunque la situación del jardín también es muy favorable para árboles, flores y plantas. Así lo explicó Garriga: "MariMurtra está al lado del mar, por lo que tenemos niebla prácticamente cada día. Además, la montaña de Sant Joan, donde está el castillo del mismo nombre, nos protege de las corrientes frías del Montseny".

Plantas aromáticas

Durante la actividad recorrimos parte del jardín, siguiendo un itinerario diferente al habitual que suele durar una hora y media. Acompañados también por Antonio Membrives, enólogo y fundador de Cavas Laviret, aprendimos a reconocer algunas de las 28 plantas aromáticas que se utilizan durante la elaboración del vermú Capritx: romero, tomillo, salvia o ajenjo, la base de cualquier vermú, entre otras.

"Tomillo y romero se dejan secar a la sombra y se mezclan con alcohol y otras plantas, dejándolas macerar durante 45 días. Después se les añade el vino: yo trabajo con variedades como Garnacha blanca y Macabeo. Una vez preparado este coupage, se mete en una barrica de roble americano durante un año. Es un vermú reserva", afirmó Membrives.

Huerto ecológico

Entre las últimas novedades de este jardín botánico, creado en 1924, se halla el huerto ecológico, donde se cultivan hortalizas y plantas con uso culinario, sin pesticidas ni químicos. El huerto sigue varios requisitos: respeto medioambiental, cultivos de temporada y plantaciones diferentes en el mismo bancal. "La primera especie absorbe la máxima cantidad posible de materia orgánica. Por eso, nunca plantamos lo mismo en esa parcela", aclaró Garriga.

"Capritx gusta incluso a los no aficionados al vermú"

La jornada finalizó con la degustación del vermú Capritx. Dado que se esperaba lluvia, la organización instaló una carpa, bajo la que se colocaron mesas y sillas, a partir de la condición de grupos burbuja de los asistentes. Capritx surgió siete años atrás, inspirado en la receta de un vermutero de Reus. "Tenía una receta de su abuelo para elaborar vermú y, al jubilarse, no quería complicarse la vida. Sin embargo, cuando le expliqué mi proyecto de Laviret, se animó a ayudarme. Nos fue tan bien, que todavía elaboramos este vermú reserva. Y cada día aprendo un poco más", reconoció Membrives, quien provenía del mundo del cava, pero desconocía el del vermú.

Se trata un vermú artesanal que se produce, eso sí, siguiendo todos los controles de calidad, filtrado y embotellado que este enólogo aprendió durante su larga etapa en Cavas-Montferrant (Blanes). "Lo ideal para acompañar el vermú es la naranja, en lugar del limón", añadió mientras servía Capritx.

En cuanto a sus cualidades sensoriales, Capritx es un vermú aromático, afrutado y especiado, con 16 grados de alcohol. En boca, se aprecia una entrada dulce que desaparece rápidamente, seguida de aromas a hierbas de la Mediterránea y notas de madera, sobre todo vainilla, culminando en un final ácido y fresco con un punto amargo, pero delicado y elegante. "Podéis comprobar que es un vermú potente desde el punto de vista aromático, consistente, nada aguado si se saborea con cubitos de hielo. He intentado hacer un vermú muy equilibrado, cuya base es la Artemisa Absentia o Ajenjo. Conozco gente que no es aficionada al vermú, pero sí les gusta Capritx", argumentó Membrives.

Como curiosidad, también explicó que la mayoría de las hierbas con las que se elabora el vermú son digestivas. Esta bebida abre las papilas gustativas y te dan ganas de comer. Por eso, se sirve como aperitivo. En el caso de Capritx, se puede acompañar de todo tipo de tapas -patatas fritas, aceitunas rellenas, berberechos, calamares a la romana, pulpo a la Gallega o jamón ibérico- o foies. Dependerá, una vez más, de la imaginación del chef.