Hace una década, un grupo de estudiantes de la 28 edición del UdGMBA -Máster en dirección y gestión de empresas (MBA) de la Universitat de Girona. decidió iniciar un negocio innovador: elaborar vino bajo el mar. Este "trabajo académico", en un principio, se materializó en un plan de empresa real, ...
Hace una década, un grupo de estudiantes de la 28 edición del UdGMBA -Máster en dirección y gestión de empresas (MBA) de la Universitat de Girona. decidió iniciar un negocio innovador: elaborar vino bajo el mar. Este "trabajo académico", en un principio, se materializó en un plan de empresa real, gracias a la incorporación de Antonio Membrives, enólogo y fundador de Cavas Laviret, quien se encargó de la parte "técnica". "Criar un espumoso bajo el mar me pareció un proyecto muy interesante para mí. Me atraía la idea de experimentar el comportamiento del vino en el medio marino, muy diferente al de la bodega convencional", reconoce.
Además de Membrives, en el proyecto participan: Georgina Comas, ingeniera de materiales; Marta Martínez, ingeniera informática y Marc Siscart, ingeniero industrial.
El proyecto Coral Marine Sea Drink consiste en colocar las botellas de vino a 35 metros de profundidad en el fondo marino de la bahía de Blanes. El mar, además de alojar esta peculiar bodega submarina, es clave en la segunda fermentación y crianza del vino base, dotándole de personalidad propia. "El vino se somete a cuatro atmósferas de presión durante todo el proceso de crianza que dura cinco años. En estos momentos, contamos con casi 700 botellas bajo el mar", explica.
Junto a la elevada presión, factores como el medio acuoso, la temperatura prácticamente constante y la baja luminosidad aportan las "condiciones óptimas" para conseguir un espumoso único y de gran calidad. "Yo destacaría su textura fina y muy elegante", añade Membrives.
Tanto esmero y cuidado da como fruto un espumoso que se cotiza a 185 euros la botella. Cuando ponemos nuestros sentidos a trabajar, descubrimos un espumoso con aromas "ligeramente ahumados, minerales y especiados". "Su color pálido -explica Membrives- denota una crianza muy sana, con una oxidación tánica casi inexistente. Se aprecia una burbuja muy fina y elegante, debido a una larga y segunda fermentación a baja temperatura en el fondo marino. Además, su riqueza proteínica produce una gran espuma cuando se sirve en copa". En boca, la fina burbuja de este espumoso se deshace al entrar en contacto con la lengua, convirtiéndose en una caricia para el paladar, con un tanino vivo pero muy redondo, en opinión del enólogo.
De acidez potente pero muy integrada, Coral Marine Sea Drink es un monovarietal de Xarel·lo rojo con una nota salina que recuerda su crianza en el mar. Esta salinidad proviene de las sales minerales de su terroir (terruño), según el experto. Por terroir no se entiende únicamente el suelo, sino todos aquellos factores naturales capaces de dar características muy especiales y particulares a un vino."En general, se mantiene viva toda la esencia de la uva, en armonía con una crianza fresca que no marca el paso del tiempo. Es un vino fino, elegante y muy exótico que alegra cualquier momento", concluye.
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