El verano es un buen momento para resetear el contador de nuestra piel, mente y cuerpo. Una forma de hacerlo es acudiendo a la playa, donde estaremos en contacto con la brisa marina, el agua del mar, las algas y la arena bajo los pies. Además de tomar el sol, leer un libro, escuchar música o simplemente tirarte en la toalla para desconectar, puedes caminar por la orilla, ya verás que bien te sienta para las piernas y para la circulación. Si tienes heridas o hematomas en la piel, te ayudará a cicatrizar antes. Otra forma de mantenerse en movimiento es a través de la natación que, a diferencia de la piscina donde el agua está en calma, aquí tendremos que lidiar con las olas, por lo que requerirá un esfuerzo mayor, y es posible que te fatigues antes. Te ayudará también, además de ponerte en forma y quemar calorías, a mejorar tu capacidad pulmonar, podrás flotar liberando tensiones, tomándote tiempo para ti misma dejando tus pensamientos en blanco.

Aunque si te quieres desmarcar de la rutina te proponemos que pruebes el aquagym, una combinación de ejercicios físicos para llevar a cabo en el agua. No te costará tanto esfuerzo como fuera del agua, ya que tu cuerpo no pesará tanto, te sentirás más ligera a la hora de realizar tus entrenamientos, tu salud cardiovascular te lo agradecerá, serás más flexible, estarás más motivada, tonificarás tu cuerpo casi sin apenas darte cuenta, reduciendo el riesgo de padecer lesiones. Para llevar a cabo esta actividad puedes acudir a un gimnasio o a un centro especializado, en tu propia piscina o de alguien cercano, así como en el agua del mar cuando vayas a darte un chapuzón.

Desde cero

Como en cualquier deporte comienza realizando un calentamiento previo para después continuar con la tanda de ejercicios pertinente. En el perfil Monica Fitness Costa Brava te explican paso a paso como hacerlo. Primero, haz como si estuvieras andando rápido alterna brazos y piernas adelante y atrás para después continuar llevando los codos hacia las rodillas mientras aprietas fuerte el abdomen. Repite el ejercicio varias veces. Después, da una patada hacia delante con cada pierna, cuando más arriba la subas, el entrenamiento será más intenso.

A continuación, llevarás una pierna hacia un lado y los brazos estirados al lado contrario, tomando impulso y estirando para repetir el proceso con la otra pierna. Prosigue con la pierna hacia atrás, tus brazos se dirigirán hacia delante para empujar con fuerza. Para trabajar el pecho, la experta recomienda poner una pierna hacia delante, mientras que la otra irá al lado contrario y tus brazos hacia delante dando una brazada amplia, con las manos abiertas y sin separar los dedos. En la ejecución del ejercicio los hombros deberán estar relajados y el abdomen contraído. Tras este, puedes hacerlo en forma de palanca, primero un brazo y luego el otro y recuerda que cuanto mayor sea la amplitud, la sesión será más intensa al igual que el trabajo.

Para trabajar la espalda harás el mismo ejercicio anterior, pero en vez de llevar tus brazos hacia delante serán hacia atrás. Cuando hagas la palanca ocurrirá algo parecido, la palma la dejarás hacia afuera, llevando el brazo contrario hacia atrás. En el caso de bíceps y tríceps, con los brazos estirados y la palma de las manos mirando arriba, levanta y cuando llegues arriba, dales la vuelta y ve hacia abajo, con fuerza y sin encoger los hombros, hazlo con fuerza y bajo el agua. Las piernas tendrán que estar colocadas una hacia adelante y la otra hacia atrás. Este proceso puedes hacerlo de otra forma, alternando los brazos, uno arriba y otro abajo.

Por otra parte, para trabajar las abdominales dirige las rodillas cogiendo impulso con los brazos abiertos hasta que tus manos toquen las mismas. Otra variante sería estirando las piernas hacia delante con ayuda del impulso de tus manos. Por último, mantén una de las piernas bien estirada y la otra en movimiento mientras aprietas con fuerza el abdomen. Sube, toca el pie y vuelve al suelo.

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