Gracias a los árabes fue introducido en España y aquí se cultiva desde el siglo X. Las zonas productoras y exportadoras son, principalmente, La Mancha y Aragón, donde el cultivo tiene un gran impacto económico. El azafrán comercializado en estas regiones españolas presenta una alta calidad y está muy bien ...
Gracias a los árabes fue introducido en España y aquí se cultiva desde el siglo X. Las zonas productoras y exportadoras son, principalmente, La Mancha y Aragón, donde el cultivo tiene un gran impacto económico. El azafrán comercializado en estas regiones españolas presenta una alta calidad y está muy bien valorado en el mercado internacional.
Botánicamente es una planta de la familia de las iridáceas con flores de aroma interesante, llamada Crocus sativa. El azafrán está formado por los estigmas largos y de color rojo de esas flores, denominado "oro rojo". El azafrán puro colorea muy lentamente el agua, lo que te ayudará a diferenciarlo fácilmente de las imitaciones y mezclas que pueden encontrar en el mercado.
En su composición química destacaría la presencia de antioxidantes como crocina y crocetina (que dan el color rojizo), pirocrocina (que aporta el sabor amargo), y safranal (que le da el aroma). No contiene gluten, por lo que está indicado para el consumo en personas celíacas.
De sus numerosas propiedades, destacaría que:
1-Se considera eficaz para mejorar estados depresivos leves, aunque debe ser pautado por el médico.
2-Facilita las digestiones porque favorece la salida de la bilis gracias a la presencia de crocetina.
3-Favorece la expulsión de gases.
4-Reduce el apetito, el deseo de picotear entre horas y aumenta la saciedad pues contiene crocetina.
5-Presenta propiedades aperitivas y digestivas gracias a pirocrocina.
6-Actúa como colerético y preventivo en la formación de piedras en la vesícula biliar por la presencia de crocetina.
7-Se considera un buen antioxidante, pues reduce la presencia de radicales libres.
8-Mejora la salud de los ojos debido a la presencia de safranal.
Se utiliza en la cocina para elaborar platos con diferentes grupos de alimentos: arroces, legumbres, caldos y salsas, entre otros. Es mejor emplear las hebras para evitar posibles adulteraciones si optas por el producto molido. Puedes preparar numerosos platos como paella, potaje, fabada o pan dulce de azafrán, por ejemplo.
Se recomienda añadir entre 4 y 6 hebras enteras por persona, para calcular bien su empleo. Se pueden tostarlas previamente en la sartén o diluirlas en agua o caldo antes de añadirlas a la comida. Es mejor cocinar a fuego medio-bajo para que no se pierda el aroma.
Se recomienda conservarlo en un tarro de cristal cerrado herméticamente, en un lugar fresco, seco y sin luz. Su duración es de unos dos años y las hebras son las que preservan mejor las propiedades.
La fitoterapia lo presenta en forma de tintura, polvo, decocción y cápsulas, por ejemplo. Su consumo excesivo provoca efectos secundarios como boca seca, ansiedad, somnolencia, alergias, dolor de cabeza y vértigo, entre otros. También interacciona con algunos fármacos como los antidepresivos, antihipertensivos y anticoagulantes. En ningún caso se deben superar los 1.5 mg. Consulta a tu médico.
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