Aunque la fascitis plantar puede presentarse sin causa reconocible, algunos factores pueden aumentar el riesgo de su aparición. Se presenta con mayor frecuencia en personas con sobrepeso, entre los 40 y 60 años, si se utiliza un calzado inadecuado, por la constitución del pie, el tipo de trabajo desempeñado y una práctica deportiva en la que se ejerce mucha presión sobre el talón y los tejidos de la zona como correr o ballet, por ejemplo.

Los síntomas de la fascitis plantar son muy característicos y pueden aparecer de repente, tras una práctica deportiva intensa, o de manera paulatina. Suelen aumentar tras ejercicio intenso, reposo prolongado o al subir escaleras, por ejemplo.

Destacarían:

1. Enrojecimiento y calor localizados

La fascitis plantar es un proceso inflamatorio de la fascia plantar. El edema causado por los microtraumatismos en la fascia plantar provoca calor y enrojecimiento en la planta y el talón.

2. Tensión plantar

El edema y la inflamación tisular provocan sensación de tensión y rigidez en la planta del pie.

3. Dolor en la zona central del talón

La fascitis plantar provoca dolor en la parte central del talón. El dolor puede ser sordo (normalmente acompañado de sensación de ardor o dolor en toda la planta del pie) o intenso y agudo tras un reposo prolongado.

El dolor suele empeorar tras realizar ejercicio y es más intenso tras el reposo prolongado o cuando estás de pie durante mucho tiempo.

4. Hinchazón y sensibilidad en la zona afectada

Se puede observar externamente la zona hinchada y cualquier roce produce dolor por la sensibilidad exacerbada asociada a la fascitis plantar.

El diagnóstico debe realizarlo el médico. Analizará el historial del paciente, su actividad física y hará pruebas, como la ecografía, para su detección.

La prevención se centra en elegir el calzado adecuado para la práctica deportiva (debe ofrecer una buena amortiguación del impacto, un apoyo correcto para el arco del pie y ser cómodo para el usuario) y calentar y estirar de manera específica la planta del pie antes de iniciar la actividad física.

En el tratamiento para la fascitis plantar se incluirían:

1. Tratamiento farmacológico para reducir el dolor y la inflamación.

2. Aplicar frio local, 3 o 4 veces al día, de 10 a 15 minutos.

3. Fisioterapia manual enfocada a reducir el edema y el espasmo muscular.

4. Ultrasonido, 48 horas después del inicio del dolor agudo.

5. Kinesotaping, cuando lo indique el especialista pues reduce la presión ejercida sobre la fascia plantar.

6. Terapias combinadas en función de las indicaciones del especialista. Puede combinar fisioterapia manual, ultrasonido y crioterapia, por ejemplo para aumentar la eficacia del tratamiento.

7. Plantillas para reducir el dolor. Pueden ser personalizadas, de descarga, de absorción de impacto o específicas.

8. Férulas durante la noche o todo el día, para que la fascia se mantenga estirada el mayor tiempo posible.

9. Cirugía específica en casos resistentes a los tratamientos anteriores.