La denominada "atención selectiva" depende de la corteza prefrontal, y esta corteza se estimula a través del ejercicio. Desde esVivir os contamos a partir de una reciente investigación, cómo las con dar tan solo un solo paseo al día podemos mejorar algunas funciones de nuestro cerebro.

Cómo el ejercicio afecta el estado de ánimo y la ansiedad

Cualquier persona que hace ejercicio regularmente lo dice. Casi todos coinciden en que no solo notan un mejor estado de ánimo general y niveles más altos de energía después del entrenamiento, sino que también se sienten más concentrados. Y es que, el ejercicio mejora muchos aspectos del funcionamiento del cerebro.

Al igual que la meditación, el ejercicio aeróbico regular tiene poderosos efectos positivos sobre la ansiedad y la depresión. Un estudio publicado en el National Institutes of Health (NIH) ha demostrado que el ejercicio puede ser tan efectivo como uno de los antidepresivos más populares en el tratamiento del trastorno depresivo mayor. Además, probaron como el ejercicio reduce los síntomas de los trastornos de ansiedad y aborda el funcionamiento neuronal subyacente.

Todo lo que necesitas son diez minutos de movimiento

Ya sabemos que con tan solo una sesión de ejercicio (especialmente una que dura al menos 30 minutos diseñada para aumentar su ritmo cardíaco) se ha demostrado que mejora la atención, y las funciones ejecutivas, por lo que cualquier persona incluso con ropa de calle puede aumentar su ritmo cardíaco con una buena caminata a buen ritmo, eso sí, ya que la actividad física es una de las formas más rápidas, fáciles y, en general, más convenientes de amortiguar su propia ansiedad y aumentar el enfoque y la atención.

Pero al final, una de las observaciones más alucinantes fueron que, en realidad, con tan solo diez minutos de ejercicios, ya se pueden notar los efectos del ejercicio en el estado de ánimo y las funciones cognitivas. Y lo más importante es los enormes resultados de realizar unos pocos ejercicios al día para reducir la temida ansiedad. Estos niveles se reducen de forma considerable, pues el poder del movimiento, ya sea andando o corriendo reduce no solo los estados de nerviosismo, sino niveles más altos como la ansiedad e, incluso, los síntomas de la depresión.

En el estudio antes mencionado se concluye cómo reclutaron a un grupo con síntomas recurrentes de ansiedad que hicieron ejercicio, y otro de las mismas características que no lo hizo, y lo sorprendente fue que los que sí hiceron ejercicio presentaron una enorme caída de 15 puntos en las puntuaciones de ansiedad, lo que los llevó a niveles normales; por lo que tomarse en serio una rutina de al menos diez o quince minutos de ejercicio puede llevarte a una vida mucho más relajada y plena en su totalidad.