El padecimiento de herpes es más frecuente en personas que tienen un sistema inmunitario deprimido por la presencia de patologías que lo alteren como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). También tienen mayor riesgo los que reciben tratamiento con medicamentos inmunodepresores como los esteroides, por ejemplo. La causa de aparición ...
El padecimiento de herpes es más frecuente en personas que tienen un sistema inmunitario deprimido por la presencia de patologías que lo alteren como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). También tienen mayor riesgo los que reciben tratamiento con medicamentos inmunodepresores como los esteroides, por ejemplo.
La causa de aparición es la infección provocada por el virus de la varicela zóster, causante de varicela. Tras recuperarse de la varicela, el virus permanece latente en el organismo, pudiendo reactivarse años después y causar herpes zóster.
De manera general, la mayoría de las personas presentan un único episodio de herpes. En ocasiones, una misma persona puede tener un segundo o tercer episodio de esta patología.
Los síntomas de herpes zóster se relacionan con presencia de dolor, picor o cosquilleo en una zona de la cara o del cuerpo. Días después se produce la aparición de un sarpullido doloroso en el mismo lugar. Inicialmente se presenta en forma de ampollas que, normalmente, se transforman en costras a los 7- 10 días y desaparecen entre 2 y 4 semanas después.
Lo más normal es que el sarpullido aparezca en una sola parte del cuerpo o en un lado de la cara. Cuando se presenta en la cara, puede afectar el ojo y causar pérdida de visión. En casos muy raros, en personas con el sistema inmunitario muy debilitado, el sarpullido se extiende por todo el cuerpo y adquiere una apariencia similar al de la varicela.
Además, se pueden presentar otros síntomas como dolor de cabeza, escalofríos, fiebre y problemas estomacales.
Es importante saber que:
1-Las personas contraen herpes zoster cuando el virus de la varicela-zóster, causante de la varicela, se reactiva en su cuerpo tras recuperarse de la varicela.
2-El herpes zoster, en principio, no se contagia directamente de una persona que lo padezca. El contacto directo con las secreciones de las ampollas del sarpullido puede propagar el virus herpes zóster a personas que nunca han tenido varicela o que nunca recibieron la vacuna contra la varicela. La infección les causará varicela. Posteriormente, podrían padecer herpes zóster.
3-El herpes zóster no es causado por el mismo virus que provoca el herpes genital, una enfermedad de transmisión sexual.
4-El riesgo de propagar el herpes zóster a otras personas es bajo si se cubre el característico sarpullido. Las secreciones de las ampollas son la vía de contagio, no así el momento en que sienten picor o se han formado las costras.
5-Quien no ha tenido varicela o nunca se ha vacunado contra la varicela, puede contraer varicela de alguien que tenga herpes zóster.
Los expertos señalan que la mejor manera de prevenir su aparición es vacunarse. En primer lugar, evitarás padecer la varicela y, a posteriori, la aparición del herpes zóster. También existe una vacuna específica que el médico debe recomendar si lo considera adecuado.
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