Con el paso de los años es importante que cuides la salud de tus huesos. Una buena alimentación y un buen estilo de vida son imprescindibles para mantener un buen estado de tus huesos. Pero, a veces, esto no es suficiente. Con la llegada de la menopausia, uno de los ...
Con el paso de los años es importante que cuides la salud de tus huesos. Una buena alimentación y un buen estilo de vida son imprescindibles para mantener un buen estado de tus huesos. Pero, a veces, esto no es suficiente. Con la llegada de la menopausia, uno de los problemas más frecuentes que puede sufrir una mujer es un debilitamiento de los huesos que desemboca en osteoporosis. Para fortalecerlos, hay medicamentos que son especialmente efectivos. Se trata de los bifosfanatos.
La osteoporosis es una enfermedad que afecta a todo el esqueleto y que puede desembocar en fracturas por fragilidad ósea, generalmente de vértebras, cadera, muñecas, costillas u hombros. Esta enfermedad produce una disminución de la masa ósea, volviendo a los huesos más porosos, aumentando el número de cavidades que existen en su interior. Cuando somos jóvenes, el desarrollo de los huesos es más veloz que su composición, pero poco a poco este proceso se va haciendo más lento y, a partir de los 30, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea. Con la llegada de la menopausia, en el caso de las mujeres esta pérdida se acelera.
Los principales síntomas de sufrir osteoporosis son dolor de espalda, pérdida de estatura con el tiempo, postura encorvada o rotura de huesos.
Uno de los medicamentos más efectivos para tratar la osteoporosis son los bifosfanatos, unos fármacos que disminuyen el proceso de destrucción del hueso. Los bifosfanatos actúan uniéndose a las superficies internas del tejido óseo. Este medicamento suele tomarse una media de 3 a 5 años. Pasado ese tiempo, se evalúa el riesgo de fractura. Si sigue siendo muy alto, se pueden seguir tomando hasta los 10 años. Generalmente, este medicamento suele tener un alto porcentaje de efectividad.
A pesar de la efectividad de estos medicamentos, es importante intentar retrasar su consumo y, por consiguiente, la aparición de la osteoporosis. Para ello, es fundamental incorporar a nuestra rutina diaria hábitos saludables, entre ellos, mantener una buena alimentación.
Es básico el consumo de calcio en forma de lácteos y cereales. Consume alimentos ricos en calcio, vitamina D, fósforo y magnesio.
Incorpora semanalmente a tu dieta pescado azul.
Las legumbres y los frutos secos tienen una gran cantidad de fósforo que aumenta la absorción del calcio.
La Vitamina K que se encuentra en verduras de hoja verde como las espinacas o el brócoli metaboliza la osteocalcina. La deficiencia de esta proteína puede provocar malformaciones en el desarrollo de los huesos.
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