Ahora está de moda hacer ejercicio aeróbico en ayunas, es decir, nada más levantarnos de la cama. La razón por la que muchos hacen deporte a primera hora de la mañana es porque según dicen ayuda a perder peso de forma más efectiva. La idea es que el cuerpo utilice la ...
Ahora está de moda hacer ejercicio aeróbico en ayunas, es decir, nada más levantarnos de la cama. La razón por la que muchos hacen deporte a primera hora de la mañana es porque según dicen ayuda a perder peso de forma más efectiva.
La idea es que el cuerpo utilice la grasa almacenada para obtener la energía que necesita, cuando no se la proporcionan los hidratos de carbono de la comida. Sin embargo, ¿realmente se ha demostrado que hacer ejercicio en ayunas es tan eficaz y beneficioso como se dice?
Aunque el razonamiento pueda parecer lógico, en realidad no existe ningún estudio que haya demostrado fehacientemente que el ejercicio en ayunas facilite la quema de grasas. La duda que parece surgir al respecto es si este hábito puede acarrear la pérdida de masa muscular.
Los culturistas y los atletas fueron las personas que introdujeron este modelo de ejercicio y de ahí se extendió a un mayor número de personas deseosas de perder esos kilos de más. La teoría no parece demasiado descabellada, porque el cuerpo al requerir energía va a consumir calorías siguiendo este orden: hidratos de carbono, grasas y proteínas. El organismo es muy sabio y utiliza en primer lugar los carbohidratos porque su conversión es más sencilla. En cambio la transformación de la grasa en energía es algo más laborioso.
Sin embargo, perder peso no es tan sencillo porque cada metabolismo es diferente. A decir verdad, el gasto energético no sólo va a depender del nivel de ejercicio realizado y su duración sino de la condición física de la persona y su composición corporal.
Si llevamos a cabo una actividad física larga e intensa, el cuerpo puede reaccionar de la misma forma que lo haría ante una situación de inanición, es decir, utilizará el músculo como fuente de energía para tratar de sobrevivir porque es lo único que le queda. Por esa razón, los deportistas de élite protegen su masa muscular a través de un mayor consumo de proteínas.
Se han hecho varios estudios al respecto para comprobar su utilidad en diferentes circunstancias. Por ejemplo, un estudio demostró que en sesiones de entrenamiento de alta intensidad repartidos entre dos grupos de mujeres con obesidad, los beneficios fueron los mismos, independientemente de hacer ejercicio en ayunas o después de comer.
En otro estudio se comprobó algo similar, aunque esta vez en mujeres jóvenes que llevaban a cabo una dieta baja en calorías. La investigación reveló que los dos grupos perdieron peso y algo de masa grasa, pero no presentaron diferencias por hacer ejercicio aeróbico en ayunas o no.
Lo único que se sabe con rotundidad es que el HIIT que consiste en hacer series cortas de ejercicios intensos combinados con pequeños periodos de descanso, es una magnífica opción para mantenerse en forma y quemar calorías, sin perder músculo. Lo cierto es que esta estrategia resulta más eficaz y recomendable que hacer ejercicio a primera hora de la mañana en ayunas.
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