Este año la Gala de los Oscar se ha visto empañada por la violencia. La violencia verbal del presentador contra las mujeres y los estereotipos físicos de las mismas y de violencia física. Sin entrar profundamente en el debate, podemos decir sin embargo que la violencia física se ejerció en "defensa" de una mujer, un acto que puede entenderse como la reacción ante la burla de un ser querido, pero también como la anulación de la capacidad defensiva y de actuación de la mujer.

Este incidente en los Oscar pone de manifiesto la testosterónica industria del cine de forma visual, sin embargo, el acto ha relegado a un segundo plano una realidad muy preocupante: solo el 27% de las nominadas a los Oscar fueron mujeres. Es un estudio de la organización Women´s Media Center que pone de manifiesto varias cuestiones.

Por un lado, hay un retroceso de las mujeres nominadas a los Oscar respecto a años anteriores (en 2020 el 30% y en 2021 un 32%), unas cifras ya de por sí extremadamente desiguales respecto a los hombres. Y, por otro lado, citando el informe "son datos especialmente decepcionantes teniendo en cuenta el esfuerzo de toda la industria para hacer cambios desde que los movimientos #MeToo/Time´s Up ganaron prominencia en 2017 y 2018". Lo que demuestra que estas acciones no han conseguido romper el techo de cristal del sector.

En todos los campos de los Oscar 2022 el porcentaje de mujeres es más bajo que el de hombres. Las cifras más igualadas están en las categorías de Mejor largometraje documental y en Mejor guión adaptado, dónde porcentualmente hay un 47% y un 37,5% de nominaciones de mujeres respectivamente.

El número de mujeres nominadas en el resto de las categorías se podría decir que es, por desgracia, residual. En Mejor guión original el 100% son hombres, en Mejor cortometraje documental hay un 12,5% de mujeres, en Mejor montaje hay un 17% de mujeres, en Mejor dirección y en Mejor fotografía son el 20% y en el de Mejor película las nominadas son tan solo el 28%.

Teniendo en cuenta los datos, las mujeres todavía tienen que luchar por puestos que tradicionalmente han sido de hombres en una industria extremadamente masculinizada. La desigualdad de género en los Oscar es una realidad y, como consumidores, tenemos cierta responsabilidad para cambiar esta tendencia cuando disfrutamos de productos audiovisuales.