El estrés es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "un conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". Es un mecanismo hormonal necesario para la supervivencia que nos alerta ante situaciones de riesgo que se presentan de manera inesperada. Las situaciones que generan estrés ...
El estrés es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "un conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". Es un mecanismo hormonal necesario para la supervivencia que nos alerta ante situaciones de riesgo que se presentan de manera inesperada.
Las situaciones que generan estrés son numerosas y frecuentes. Esos eventos nos alteran y provocan malestar a nivel físico y psicológico. El estrés esconde emociones y rutinas de pensamiento que provocan conductas repetitivas con efectos perjudiciales sobre la salud. Cuando los niveles de estrés son elevados, es necesario recuperar los niveles basales para evitar consecuencias negativas sobre el organismo.
Los expertos recomiendan:
1-Las técnicas de respiración resultan eficaces para controlar el estrés.
La respiración diafragmática lenta y profunda favorece la relajación y, con ello, la reducción del estrés. Puedes practicarla, apoyando la mano derecha sobre el pecho y la izquierda sobre el abdomen para percibir claramente el movimiento del aire en tu interior. Inspira por la nariz durante 3-4 segundos y dirige el aire hacia el abdomen. Aguanta la respiración dos segundos y espira lentamente por la boca durante 7-8 segundos. Haz una pausa de 5 segundos antes de la siguiente inhalación.
Cuando practicas este tipo de respiración durante unos minutos, activas la respuesta de relajación del organismo y contrarrestas los efectos del estrés.
2-Los expertos indican que la meditación aporta muchos beneficios para la salud física, la salud mental y la felicidad personal. Intenta realizar unos minutos de meditación cada mañana, concentrándote en el instante presente y la respiración, e intenta disfrutar de esa misma actitud positiva y beneficiosa durante el resto del día.
Meditar sería entrar en contacto con la parte más esencial y trascendente de la persona y del mundo. Existen muchas formas de meditación que tienen objetivos diferentes. Pensar en un problema con gran concentración es ya, en sí mismo, una forma de meditación. También existen meditaciones con visualización o con imaginación activa, entre otras, que puedes emplear tras aprender a realizarlas. Consulta a un experto.
La meditación es un estado que no es posible forzar, pero puedes lograrlo si la practicas habitualmente. Es necesario mantener la atención y concentrarse en estar presente en el aquí y ahora. Esta atención libera la mente de pensamientos recurrentes y de emociones, por lo que se puede experimentar un estado interior de calma y bienestar.
Quienes practican técnicas de meditación o mindfulness, por ejemplo, aprenden a autoobservarse de manera natural y sin juzgarse. Así, en el momento en el que se presenta un evento estresante, la persona entrenada puede actuar de manera reflexiva, eficiente y adecuada para resolverlo, sin dejarse llevar por ese profundo malestar que les bloquea y atenaza.
3-Combinar la meditación y las técnicas respiratorias empleando técnicas como el yoga y el taichí, por ejemplo.
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