Seguro que cuando se habla de intoxicación lo primero que te viene a la cabeza es la salmonelosis, aquella enfermedad que procede de la bacteria salmonella, aquella que reside en el intestino de los humanos y animales. El usuario se suele contagiar cuando consume huevo crudo, carnes poco hechas o crudas, mariscos no depurados, etc. Según advierten en la página web de fesemi.org "cualquier alimento puede estar infectado por la bacteria salmonella, si es manipulado por una persona infectada con las manos sucias o si el alimento entra en contacto con otros que están contaminados...". Los expertos inciden en que debe llevar a cabo una correcta higiene de manos antes de proceder a manipular los alimentos. Pero esta no es la única, sino que existen otras muchas, como la listeriosis, a diferencia de la anterior, esta puede "sobrevivir y multiplicarse a las bajas temperaturas habituales en los refrigeradores", tal y como indican desde la Organización Mundial de la Salud (OMS). Conviene prestar especial atención, puesto que "puede transmitirse de persona a persona, sobre todo de la embarazada al feto", inciden. Aquellos comestibles que pueden verse afectados por esta bacteria son los fiambres, los quesos, la leche y "helados no pasteurizados", las ensaladas que ya vienen hechas y las "frutas y hortalizas frescas", señalan. Por su parte, la Escherichia coli o también llamada E.coli es aquella que reside en nuestro intestino y es la encargada de "absorber algunas vitaminas para que luego pasen al resto del organismo", según explican desde sabervivir.tv. Sin embargo, hay algunas variantes que pueden ser perjudiciales para la salud. Así, desde la OMS señalan que la "E. coli productora de toxina Shiga, pueden causar graves enfermedades a través de los alimentos. La bacteria se transmite al hombre principalmente por el consumo de alimentos contaminados, como productos de carne picada cruda o poco cocida, leche cruda, y hortalizas y semillas germinadas crudas contaminadas". De este modo, la dietista-nutricionista Sonia Ruiz, del Centro Médico Teknon y Clínica Mi Tres Torres, recopila para sabervivirtv.com las claves para evitar la intoxicación: procurar que la carne quede bien hecha, decantarse por la leche y los zumos pasteurizados, lavar de una forma exhaustiva las verduras crudas, no ingerir agua procedente de pozos privados, lagos o estanques y tener especial cuidado durante el lavado de cubiertos, platos, utensilios y vasos para que todo quede bien limpio. Otro de los que está al orden del día es el anisakis, la infección por este parásito suele producirse por consumir pescado crudo o aquel que no está cocinado adecuadamente y posee larvas de anisakis. En la página web de riojasalud.es aconsejan "comprar el pescado limpio sin vísceras", cuando se vaya a preparar, ya sea cocido, frito, a la plancha o al horno, el punto de cocción que se debe llegar es el de "60ºC" y en el caso de consumir pescado crudo debe "congelarse previamente a una temperatura de -20ºC durante al menos 24 horas para inactivar el parásito".

Entre los principales síntomas se encuentran los de diarrea, vómitos, dolor estomacal, en algunos casos hasta fiebre. Como medida de prevención se recomienda manipular los alimentos con las manos bien lavadas y el lugar de trabajo en la cocina debe estar completamente limpio, al igual que los utensilios y recipientes que vayas a utilizar. No caigas en la tentación de usar un mismo cuchillo y una misma tabla de cortar para las hortalizas, carnes y pescados porque estaríamos hablando de contaminación cruzada por contacto indirecto, la que se lleva a cabo cuando se manipulan diferentes alimentos con un mismo utensilio. Aunque también puede darse cuando están en contacto "un producto crudo con uno cocinado". Es lo que se conoce como contaminación cruzada por contacto directo, apuntan en la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria. En la nevera, separa los comestibles crudos de los cocinados y si es posible emplea un recipiente hermético. Cuando vayas a hacer la compra no te despistes y almacena aquellos productos que demanden nevera y congelador cuando antes para no romper la cadena de frío. Lo mismo ocurre cuando vayas a descongelar un producto, descarta hacerlo a temperatura ambiente, es preferible que los guardes en el frigorífico. En lo que respecta a las verduras, hortalizas y frutas, lávalas cuidadosamente con agua antes de cocinarlas o consumirlas y desecha las hojas exteriores de las verduras. Con las cremas, natas y mayonesas caseras debes tener mucho cuidado, guardarlas en la nevera, pero no por muchos días.

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