Una investigación, publicada en el 2012 en el National Library of Medicine (NIH) sobre el impacto de la espiritualidad en nuestra salud asegura que un adolescente con una fuerte fe y sentido espiritual tiene entre un 75 y un 80 % menos de probabilidades de volverse adicto a las drogas y el alcohol, y entre un 60 y un 80% menos de probabilidades de intentar suicidarse.

Los datos muestran claramente que los jóvenes con una conexión con su núcleo espiritual son mucho más propensos a involucrarse en las fortalezas y virtudes del carácter, como el optimismo, la determinación, el compromiso y el perdón.

Vale la pena señalar que en este contexto, la espiritualidad y la religión son dos cosas diferentes. Nuestra capacidad de espiritualidad es innata, mientras que la religión se transmite a través de la familia y la comunidad como un abrazo de esta espiritualidad natural.

Por su parte, el director del Instituto de Espiritualidad, Mente y Cuerpo en Columbia, quien estudió la neurociencia del cerebro espiritual explica que: "nuestra investigación de resonancia magnética ha demostrado cómo los circuitos específicos en el cerebro asociados con la conciencia espiritual se vuelven más fuertes y más gruesos cuando nos conectamos con nuestro innato núcleo espiritual", dice.

Cuando nos involucramos en esta "estación cerebral espiritual", percibimos que estamos asociados con nuestro Poder Superior (el nombre cambia según la fe, la sabiduría, las tradiciones culturales y religiosas), ayudándonos a sentirnos amados, sostenidos, guiados y nunca solos.

La evidencia de los estudios de resonancia magnética en el cerebro espiritual muestra que estamos programados para poder "entregarlo" en tiempos de dolor, aislamiento e incertidumbre o para descubrir dirección y guía en nuestro camino vital. Pero no debemos esperar hasta llegar a un punto bajo en nuestra visa para actuar en sociedad con nuestro Poder Superior. La estación de acoplamiento neuronal responsable de sostener y activar estos circuitos debe fortalecerse constantemente, como un músculo, para que los adultos jóvenes estén preparados para superar los desafíos y la adversidad de la vida con una conciencia despierta.

Algunos de nosotros estamos más predispuestos que otros a sentirnos conectados espiritualmente, pero todos podemos cultivar esta capacidad natural para la fe en cualquier momento , y como muestra nuestra investigación, deberíamos hacerlo absolutamente.

Cómo podemos aplicar la ciencia del cerebro espiritual

Si bien esta es una ciencia relativamente nueva, ahora hay más de dos décadas de investigación revisada por pares que muestran que una fuerte espiritualidad brinda resiliencia contra las enfermedades de la desesperación, particularmente en momentos de gran estrés o trauma, y es esencial en el curso del tratamiento para crecimiento y renovación. También ofrece prevención contra los sentimientos de desesperanza sobre el futuro.

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