Pink Monkey no es un restaurante cualquiera. Nada más entrar en su página web te haces una idea concreta de lo que te vas a encontrar: "cocina asiática con influencias peruanas, mexicanas y mediterráneas". Sin ninguna duda se trata de una revolución gastronómica en toda regla.

Está situado en el barrio de Chamberí, en la calle Monte Esquinza, 15, y su ambiente es de lo más desenfadado para que disfrutes enormemente del sitio y naturalmente de su cocina experimental. ¿Su apuesta? una locura, recetas asiáticas con la añadidura de algunos ingredientes que se utilizan en la cocina peruana, así como un toque especial de nuestra gastronomía mediterránea y también de la mexicana. A esta forma de cocina le han llamado "Asian Craft Food" pues, tal y como aseguran sus creadores, estos platos se llevan a cabo en el momento y tú lo podrás ver a través de una cristalera situada en el mismo salón.

Uno de sus chefs, Jaime Renedo, ha podido diseñar esta carta tan especial, gracias a todos los viajes que ha llevado a cabo por América Latina y por el sudeste asiático, donde ha aprendido las técnicas necesarias para hacer estos platos originales que destacan por un contraste muy especial de olores y sabores.  

Tal y como rezan en su web, sus especialidades son desde el Curry verde thai de carrillera ibérica hasta la Pasta de arroz con curry y langostinos, Satay balinés de pollo, Fideuá de chipirones y carabineros, ceviche de pez limón con habanero y jalapeño o tiraditos peruanos de salmonete o hamachi. En cuanto a los postres destacan la Burrata de yogur griego, así como los helados y sorbetes caseros de frutas exóticas.  

También tienen cócteles por si decides tomar uno mientras esperas que te sirvan los platos o para comer escogiendo entre un completo menú de cócteles elaborados con zumos de frutas exóticas. Para los amantes del buen vino también disponen de una gran selección de vinos españoles y de autor.  

En cuanto a la estética del local, es sofisticada y a la vez rebelde, con un aire industrial que llama la atención, además de un contraste de colores espectacular, sillas de madera, cuadros sorprendentes y lámparas ultramodernas. ¿Se puede pedir más? Sí, una cocina increíblemente fresca y gamberra. 

  *Fotos: restaurantepinkmonkey.com