Renunciar a la cena resulta contraproducente y ningún especialista sanitario lo recomienda. El organismo necesita el aporte de alimento en varios momentos del día y ninguno es prescindible. Eliminar una de las ingestas genera una modificación del sistema endocrino que va a provocar alteraciones en nuestra salud sin hacernos perder los quilos que nos sobran. Además, el hambre provocará ansiedad, y en el momento en que te pongas a comer, devorarás todo lo que tengas delante y tardarás más en sentir sensación de saciedad. Y eso sí que engorda, porque no podrás controlarte.

Existe la idea generalizada de que acostarse sin cenar adelgaza porque no ingieres calorías “innecesarias” y no te darás cuenta de que tu estómago está vacío al quedarte dormido. Pero eso no es cierto. Lo primero que pasará es que no podrás dormir o dormirás muy mal porque esa sensación de vacío lo que hará será estimularte y evitará que descanses como es debido.

Sería recomendable dejar pasar entre una hora y media y dos horas antes de acostarse y, si eso no fuera posible, cenar algo suave como un yogur natural con plátano o con cereales y nueces si eres de los que tienen digestiones complicadas. Otra opción sería adaptar el horario y hacer una merienda-cena a una hora más temprana que te permita acostarte con la digestión ya hecha para evitar esos problemas que no te dejarían dormir.

Si no padeces ningún problema de salud, sería adecuado:

- elegir una cena rica en hidratos de carbono y de contenido bajo o medio en proteínas.

- evitar los alimentos ricos en grasas saturadas porque hacen más pesada la digestión y generan gases que resultan muy incómodos para descansar.

A nivel nutricional, se recomienda elegir alimentos para conformar un menú del tipo:

- tostadas con una loncha de pavo o un huevo cocido, leche con cereales integrales, nueces y miel.

- plátano y un bocadillo de pan integral con pavo.

- pescado cocido con tomate natural.

- menestra de verduras variadas con unos taquitos de jamón serrano, un yogur de soja.

- arroz cocido con vegetales.

- puré de verdura.

- pasta con una cucharada de aceite de oliva virgen.

- un filete de pollo a la plancha con espárragos.

Antes de acostarte, si tienes apetito, puedes tomar un vaso de leche con galletas (de avena, por ejemplo), que te ayudará a descansar mejor y evitará que la sensación de hambre no te deje dormir. Consulta tus dudas con un especialista y sigue sus indicaciones. Tu médico sabe lo que te conviene y no te inclinará a que te vayas a la cama sin cenar. No caigas en ideas preconcebidas y piensa en tu salud para que adelgazar no se convierta en un problema que te pueda pasar factura (insomnio, desequilibrios nutricionales, etc.)