El Valle del Jerte está situado en el norte de Extremadura, muy cerca de la ciudad de Plasencia, encajado entre montañas dentro del macizo de Gredos. Esta ubicación geográfica dota al valle de un microclima templado con abundantes lluvias, que lo hacen ideal para el cultivo de cerezos. Este árbol es la principal fuente de riqueza de la región, ya que atrae a cientos de turistas y da como fruto una cereza autóctona de calidad excepcional: la picota.

El momento más esperado del año por lugareños y visitantes es la floración del cerezo, una ocasión única en la que los montes del valle se cubren de un manto de flores blancas y desprenden el aroma de más de un millón y medio de cerezos en flor. Este regalo de la naturaleza no tiene una fecha exacta, ya que depende de la temperatura y las lluvias, pero para este año se estima que la floración comience la última semana de marzo, prolongándose durante los diez primeros días del mes de abril.

Para disfrutar de este espectáculo paisajístico, lo mejor es hacer un recorrido en coche, a pie o en bicicleta por el Valle y sus diferentes pueblos. Desde la Oficina de Turismo del Valle del Jerte nos recomiendan dos rutas: la de la Sierra, que recorre las poblaciones de Valdastillas, Piornal, Barrado, Cabrero, Casas del Castañar, El Torno y Rebollar, y la ruta del río Jerte, que pasa por los pueblos de Navaconcejo, Cabezuela del Valle, Jerte, Tornavacas y Puerto de Tornavacas.

Cada primavera, con motivo de este acontecimiento único, la Mancomunidad del Valle del Jerte celebra la Fiesta del Cerezo en Flor, declarada de interés turístico nacional. Se trata de un completo y variado programa de actividades, donde se incluyen senderismo y avistamiento de aves, exposiciones artísticas, conciertos, mercados artesanales, actividades para niños y degustaciones gastronómicas. Los eventos se inician con el despertar del valle a la primavera y finalizan los primeros días de mayo, dando paso a la recolección de la cereza.

La floración del cerezo en el Valle del Jerte es un auténtico deleite para los sentidos y el alma, un acontecimiento que hay que visitar por lo menos una vez en la vida. Quienes se acerquen esta primavera al Valle del Jerte podrán disfrutar de un paisaje único teñido de blanco y recorrer bellos parajes naturales. Toda una fiesta en la que los pueblos de la comarca se vuelcan cada año, recuperando sus tradiciones y ofreciendo lo mejor de su gastronomía.

Fotos: Turismo Valle del Jerte