Desde muy pequeñitos se nos ha inculcado la creencia de que tenemos que desayunar porque es la comida más importante del día, de hecho ¿quién no ha escuchado alguna vez el siguiente refrán?: "Desayuna como un Rey, almuerza como un Príncipe y cena como un Mendigo" Pues te diré, quizás para tu sorpresa, que este refrán puede estar equivocado. Y digo puede, ya que depende de si esta forma de distribuir tus comidas se adapta a ti o no.

Quizás seas de las personas que al levantarse no tiene hambre y no le apetece desayunar, o tenga muy poca hambre y no quiera desayunar en cantidad. De hecho puede darse el caso de que normalmente desayunes, pero un día te levantes sin hambre. ¿Deberías en cualquier caso forzarte a comer si no te apetece? La respuesta es: no.

Mientras que la distribución de comidas que hagas se adapte a tus necesidades, está igual de bien comer dos veces al día que cinco, y que desayunes o no lo hagas. Lo importante es que cubras tus requerimientos nutricionales con alimentos de calidad.

Hablando de calidad, hay que tenerla en cuenta, siempre. El desayuno es una de las comidas en las que somos más propensos a consumir alimentos como: ultraprocesados, productos azucarados, harinas refinadas o carnes procesadas. Esto en parte se debe a que se le ha atribuido tanta importancia, que se han creado productos específicos para el desayuno como: cereales, galletas, zumos, yogures azucarados, batidos, bollos, embutidos para tostadas y bocadillos, entre otros. Pero si vas a consumir alimentos de mala calidad, mejor no desayunes.

Por cierto una aclaración, no existen alimentos para una comida en concreto. Existen alimentos en sí, y tú eliges si consumirlos y en qué momento del día. Puedes desayunar lentejas y cenar cereales (de buena calidad) con leche, aunque socialmente no esté normalizado o bien visto.

Hay una premisa que para mí es básica a la hora de llevar unos hábitos de vida saludables: establecer patrones y hábitos individualizados, que se amolden a cada uno. Tan importante es que no sigamos pautas genéricas como que aprendamos a escucharnos.

Más individualización, más calidad y más atender a nuestras sensaciones de hambre y saciedad. Así que desayuna si te apetece, y si es así, siempre ten presente la calidad de lo que comas. Esto último es aplicable a cualquier comida que hagas a lo algo del día.

@missfooder