"Sin gluten" en las etiquetas, ¿información o marketing?

Alimentos frescos que no contienen gluten de manera natural se etiquetan como alimento "sin gluten" para venderlos más.

19/05/2019

Al leer "sin gluten" en la etiqueta de un paquete de leche fresca o en unas hortalizas estamos ante un caso de marketing engañoso. Esto es debido a que "ni la leche, ni las hortalizas, ni muchos otros productos frescos como la carne o los huevos contienen gluten de forma ...

Al leer "sin gluten" en la etiqueta de un paquete de leche fresca o en unas hortalizas estamos ante un caso de marketing engañoso. Esto es debido a que "ni la leche, ni las hortalizas, ni muchos otros productos frescos como la carne o los huevos contienen gluten de forma natural", explica Aida Sierra, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Se trata, además, de una práctica contraria a la actual legislación. La ley obliga a indicar la presencia o ausencia de gluten en determinados alimentos que son susceptibles de llevarlo, puesto que es una información clave para las personas celíacas. Pero la normativa europea, concretada en el Reglamento 828/2104, persigue también prácticas informativas desleales y hace referencia a que "la información alimentaria no debe inducir a error al insinuar que el alimento tiene unas características especiales, cuando, de hecho, todos los alimentos similares tienen estas mismas características". Unas prácticas que, además, pueden inducir a confusión a las personas afectadas por la enfermedad celíaca, la intolerancia al gluten o la alergia al trigo, que son enfermedades distintas. "Los celíacos tienen que evitar el gluten completamente, mientras que algunas personas con intolerancia al gluten, que sí pueden presentar distintos niveles de intolerancia, pueden ingerir pequeñas dosis de este nutriente. Es lo mismo que sucede con la intolerancia a la lactosa", apunta Sierra.

Por este motivo, en el etiquetado hay que distinguir tres tipos de alimentos:

-Genéricos: son los alimentos que de forma natural no contienen gluten y, por lo tanto, no habría que mencionarlo en la etiqueta. Es el caso del agua, la leche, las verduras, las hortalizas, las legumbres, la carne y el pescado frescos y los huevos.

-Convencionales: pueden fabricarse sin gluten, pero también podrían contenerlo. Son, por ejemplo, los postres o los productos cocinados con salsas y otros condimentos. Estos alimentos deben llevar claramente la indicación "sin gluten" en caso de que contengan menos de 20 mg/kg. Se permite esta cantidad ínfima de gluten en los alimentos porque es muy difícil garantizar su eliminación completa debido a la contaminación que puede producirse durante el proceso de recolección, manipulación o transporte de los alimentos. Por otra parte, se etiquetan como "contenido muy reducido en gluten" los alimentos que no superan la cantidad de 100 mg/kg.

-Específicos: de forma natural contienen gluten, pero la industria los ha reformulado para eliminar esas proteínas y hacer que sean aptos para celíacos. Esa adaptación puede hacerse en la pasta, el pan o algunas bebidas y es imprescindible que dichos alimentos contengan la indicación "sin gluten".

De esta manera, los usos abusivos de la etiqueta "sin gluten", en lugar de contribuir a la información del colectivo de celíacos puede llevar a la creación de mitos y confusiones. De ahí que la experta considere que las motivaciones de esta práctica pueden ser comerciales, ya que en los últimos años se ha extendido la creencia de que una dieta sin gluten es beneficiosa para cualquier persona. "Para una persona sana, una dieta libre de gluten no presenta ningún beneficio. Puede prescindirse de él, porque no es un nutriente esencial, pero no supone ninguna mejora de por sí", explica la profesora Aida Sierra. Y añade: "Es cierto que este tipo de dieta puede ser beneficiosa para personas que presentan el síndrome del colon irritable u otras enfermedades que afectan al correcto funcionamiento del intestino, pero seguir una dieta libre de gluten sin una supervisión médica puede ser perjudicial para la salud", concluye.

En este sentido, apunta a que se deben combatir mitos como que el gluten engorda, puesto que los productos sin gluten a menudo incorporan grasas añadidas que suponen una mayor aportación de calorías. Eso sí, el cambio de una dieta con muchos alimentos industriales, como las galletas o la repostería, a otra basada en alimentos frescos, como frutas y verduras, sí puede ayudar a perder peso, aunque la presencia o ausencia de gluten no tenga nada que ver con ello.

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