Hay situaciones concretas que demandan una vacunación específica como sucede por ejemplo con adultos que ni han padecido ni han sido vacunados en la infancia frente a la varicela y que, en el momento en que tienen un hijo en edad escolar (ya al entrar en la guardería) van a estar más expuestos al contagio de una enfermedad que, si en los niños es una patología leve, en los padres llega a ser grave. Lo mismo ocurre cuando realizamos un viaje a un país en el que una determinada enfermedad es endémica y requiere un tratamiento especializado indicado por los centros de Sanidad Exterior de nuestra Comunidad.

En ciertos casos se realizan campañas de vacunación en grupos de edad concretos por diversos motivos: porque la que se hizo en su momento resultó poco eficaz, por la necesidad de aumentar la cobertura de la propia vacuna o por interés general de la población.

Vacunas recomendadas

Otras vacunas son aplicables por recomendación expresa del médico de familia o del especialista:

• La de la tuberculosis (B.C.G.) para prevenir esta patología por las condiciones sanitarias del país o en caso de epidemia, siendo innecesaria su aplicación generalizada. Puede administrarse por varias vías, recomendándose la intradérmica con inyección en el brazo. Presenta pocas complicaciones y no garantiza la inmunidad total ante la enfermedad, aunque eso sí, de aparecer, lo hará de forma atenuada y reduciendo la posibilidad de sufrir infecciones graves.
• La de la hepatitis A, patología que afecta al hígado y está causada por un virus del mismo nombre. Los síntomas pasan desapercibidos e incluyen la coloración amarillenta de la piel y los ojos, cansancio, pérdida de apetito o náuseas. La transmisión es por vía oro-fecal o por consumo de agua o alimentos contaminados por el virus. Esta vacuna se puede administrar aisladamente o junto con la de la hepatitis B.
• La de la fiebre tifoidea, previsible con medidas higiénico-sanitarias, pero cuya vacuna es aplicable a viajeros de zonas endémicas, personal sanitario, grupos de riesgo o en caso de epidemia.
• La antigripal, para pacientes de cualquier edad encuadrados en los grupos de alto riesgo (enfermos con problemas respiratorios, cardiológicos, neuromusculares, nefrológicos, inmunodeprimidos, diabéticos, etc.) y en los casos indicados por el médico de familia.
• La antineumocócica, activa frente a neumococos causantes de ciertos tipos de meningitis.
• La antirrábica, indicada a nivel profiláctico en personas que trabajan o conviven con animales. También se utiliza en personas que han sido atacadas por un animal que pueda ser transmisor de la rabia.
• La antirrotavirus en niños pequeños sensibles al ataque de los rotavirus causantes de diarreas.

En casos de epidemia (por ejemplo, tras la aparición de un brote de meningitis en un centro de estudios) puede alterarse este calendario por indicación médica. Si se produce un retraso temporal en la administración de la vacuna, se debe completar la serie sin volver a iniciarla. Ante cualquier duda consulta al médico.