La masa ósea es la cantidad de hueso presente en el esqueleto de cada persona y su máximo se alcanza entre los 20 y los 30 años, disminuyendo a medida que avanzamos en edad. En las mujeres este descenso es más acusado debido a la menopausia, durante la cual la ...
La masa ósea es la cantidad de hueso presente en el esqueleto de cada persona y su máximo se alcanza entre los 20 y los 30 años, disminuyendo a medida que avanzamos en edad. En las mujeres este descenso es más acusado debido a la menopausia, durante la cual la reducción hormonal aparejada produce una disminución más rápida que no tiene que llegar a ser patológica.
Entre los factores de riesgo podemos señalar: ser mujer, mayor de 60 años, menopausia precoz (natural o provocada), antecedentes familiares, excesiva delgadez, obesidad, no haber tenido hijos, raza (más frecuente en la blanca), malos hábitos de vida (consumo de alcohol, tabaquismo, dieta baja en calcio, etc.), sedentarismo, baja exposición al sol, enfermedades tiroideas, consumo de ciertos fármacos, etc.
Es asintomática y silenciosa, imperceptible hasta que la densidad ósea se ha reducido a niveles preocupantes. En etapas avanzadas los síntomas detectables incluyen:
Para su diagnóstico se pueden utilizar varias pruebas, siendo la más interesante la densitometría ósea, que es indolora y no invasiva. Permite medir la masa ósea real y comprobar la evolución de la pérdida, ver la respuesta al tratamiento y predecir el riesgo de fractura del paciente.
La prevención es la mejor opción para evitar su aparición. Debes eliminar, si es posible, los factores de riesgo y seguir estas recomendaciones:
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