Los especialistas se encuentran cada vez con un mayor número de alergias oculares concretas que suelen ser causadas por la inclusión de ciertos componentes en la formulación cosmética. Son elementos que provocan irritabilidad ocular y síntomas alérgicos a quienes tienen cierta predisposición a padecerlas.

Se ha comprobado que los compuestos más agresivos para la mucosa ocular son: parafina, lanolina, rayón y fibra de nylon, especialmente si se añaden en exceso a estos cosméticos en los que nos hemos centrado. Antes de elegir un producto debes leer las etiquetas y consultar a tu médico si percibes cualquier reacción anómala inesperada. No lo consideres poco importante ni lo dejes olvidado porque no se va a resolver por sí mismo y necesitas un tratamiento adecuado.

Lamentablemente, muchos de los productos cosméticos que se ofrecen en distintos puntos de venta plantean problemas a las usuarias, que van probando unos y otros en busca del que mejor se adapte a sus circunstancias y necesidades. El proceso suele terminar con la renuncia y dejan de utilizar sombras de ojos o rímel por considerar que jamás van a encontrar ninguno adecuado.

Los laboratorios se han preocupado por el tema y han lanzado al mercado nuevos cosméticos para eliminar directamente esta complicación que afecta a un elevado porcentaje de mujeres y que pueden usar todas aquellas que perciban síntomas (sin importar que usen gafas o lentillas, o mantengan una visión que no necesita corrección). Deben ser probados con cuidado y, ante cualquier reacción, consultar al médico y dejar de utilizarlos.

Elige bien tus cosméticos

Cuando se plantea la elección del cosmético más adecuado se recomienda:

1. Que contenga sólo ingredientes inocuos para evitar reacciones alérgicas. Resulta fundamental leer las etiquetas para poder seleccionarlos.
2. Que lleve poco perfume. Es un elemento prácticamente inútil y provoca muchos problemas.
3. Que incluya un buen conservante para evitar su deterioro inmediato una vez estrenado.
4. Que se opte por productos de limpieza con pH neutro y en forma de loción porque se manejan mejor con el algodón y no es necesario hacer demasiada presión.
5. Que se elijan formas encapsuladas para lograr una cesión modulada y reducir la irritación que provocan los formulados de manera distinta.
6. Que no se usen si los ojos están enrojecidos, hinchados o infectados. Cualquiera de estos síntomas indica un problema ocular que no va a mejorar con la aplicación de ningún producto cosmético y puede confundirnos.

Cada vez existen más opciones clínicas para mejorar el aspecto de nuestra mirada y que corrigen determinados problemas que nos molestan (bolsas, ojeras, patas de gallo, etc.) y transforman nuestra imagen. Puedes optar por las inyecciones de bótox o ácido hialourónico, tratamiento láser, radiofrecuencia, etc., pero siempre en centros especializados y en manos de especialistas para evitar problemas asociados a su mala aplicación. Consulta a tu médico.