El salero es necesario, pero en su justa medida. Si abusamos de él no solo estamos renunciando al sabor de los alimentos, sino que prácticamente estamos renunciando a nuestra salud. Si un plato no tiene el sabor necesario para gustarte, tan solo debes acudir a otras opciones muy efectivas.

¿Qué recomienda la OMS?

La Organización Mundial de la Salud asegura que el límite del consumo diario de sodio en un adulto debe estar en torno a los 2 gramos, o lo que es lo mismo, 5 gramos de sal. Este es el máximo que podemos tomar para reducir el riesgo de desarrollar diferentes enfermedades cardiovasculares.

Muchas personas han decidido hacer caso a este consejo, aunque no saben muy bien cómo hacer para reducir el sodio en las comidas sin renunciar al sabor. Sabemos que no es fácil eliminar la sal de nuestra dieta, pero es posible disfrutar de comidas deliciosas sin la presencia del cloruro sódico.

No te pierdas estos sencillos consejos y adóptalos en tu rutina diaria. De esta forma, no tendrás que renunciar al disfrute y tus comidas de cada día serán más saludables. ¡Toma nota de estas pautas y empieza a cuidarte!

Consejos para disminuir el consumo de sal en las comidas

Estas son las ideas que hemos preparado para que disminuyas el consumo de sal en tus comidas y cenas:

• Consume alimentos frescos. Es preferible aumentar el consumo de estos productos que no llevan ningún tipo de aditivo para potenciar su conservación.
• Emplea otras sales que sean bajas en sodio. Si no sabes de qué hablamos, toma nota de estos nombres y adquiérelas: fosfato cálcico, citrato magnésico, cloruro potásico, etcétera.
• Reduce la ingesta de alimentos que lleven sodio añadido. Este es el caso de galletas y bollería, conservas enlatadas, quesos, encurtidos, embutidos o salazones. En estos casos, el sodio es añadido para hacer que estos alimentos se conserven bien y por más tiempo.

• Cada vez que tengas que comprar en el supermercado, asegúrate de que escoges alimentos que lleven el siguiente etiquetado: "bajo en sodio" o "sin sal".
• Añade especias o hierbas aromáticas a los alimentos. Este truco funciona bastante bien. Además, actualmente tenemos acceso a una gran variedad de posibilidades que son beneficiosas para tu salud: enebro, azafrán, comino, laurel, rúcula u orégano.
• Otra idea consiste en cocinar los alimentos frescos a una temperatura baja. De esta forma, los aromas y sabores propios del alimento se conservarán mucho mejor, por lo que no necesitarás añadir sal para potenciarlo.
• Existen diversas técnicas culinarias para mantener los sabores originales. Si consumes alimentos cocidos o al vapor, no echarás en falta la sal.

Es muy importante hacer caso al toque de la OMS para impedir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Estas recomendaciones son tremendamente eficaces y son muy fáciles de seguir. ¡Empléalas!