Mucho ha llovido desde que el sueco Arne Larsson se convirtió en la primera persona en recibir un marcapasos interno en 1958. Larsson disfrutó de una larga vida, muriendo en 2001 a los 86 años, y después de haber recibido hasta 26 marcapasos distintos en toda su vida.

La tecnología ha evolucionado, y actualmente los marcapasos son mucho más fiables que antaño y, siguiendo la moda, también son conectados a las redes.

Las ventajas de conectar cualquier dispositivo a la red son evidentes, pero en el caso concreto de los marcapasos, ello facilita por ejemplo que nuestro médico o un centro hospitalario puedan monitorizarnos, o bien que el dispositivo sea capaz de emitir alertas dependiendo de las condiciones e incidencias físicas del usuario que lo lleva implantado.

También, y entre más posibilidades, la de que sea el mismo usuario que lo lleva implantado quien monitorice su estado mediante, por ejemplo, una aplicación en el móvil.

Todo lo que está conectado, se puede hackear

En el episodio número 22 de la segunda temporada de la teleserie Homeland, muy acertadamente titulado "Broken hearts" (Corazones rotos), unos terroristas manipulaban a distancia el marcapasos con conectividad inalámbrica implantado en el corazón del vicepresidente de los Estados Unidos (papel interpretado por Jamey Sheridan) hasta matarlo.

Lo que pocos conocían cuando se emitió dicho episodio en 2012, es que el ataque cardíaco infligido mediante hacking del marcapasos del personaje televisivo era una amenaza real que ya había tenido en cuenta el verdadero vicepresidente de los Estados Unidos entre 2001 y 2009, Dick Cheney.

Cheney tenía un dilatado historial de problemas cardíacos, y en 2007 le implantaron un marcapasos con conectividad inalámbrica.

El ex-vicepresidente ya había declarado en una entrevista televisiva tras la emisión del citado episodio de Homeland que, precisamente, la posibilidad de hackeo de tal dispositivo había generado inquietud entre el servicio secreto y a él mismo, y que habían buscado formas de tratar el problema.

Finalmente, Cheney sería intervenido en 2013 para apagar la conexión sin hilos de su marcapasos por motivos de seguridad.

`Alerta general´

El mes de marzo del año pasado, la FDA (Food and Drug Administration) norteamericana emitió una alerta sobre unas vulnerabilidades que afectaban a los marcapasos de la fabricante Medtronic y a sus monitores domésticos.

Pese a no haber recibido ningún informe de que dichos problemas hayan sido explotados por hackers, la FDA advertía de la posibilidad, y Medtronic se vio obligada a lanzar una actualización de seguridad.

En los últimos meses se ha hablado bastante de la posibilidad del hackeo a los marcapasos; ningún dispositivo conectado es completamente seguro, pero en este caso concreto, están en juego vidas directamente. Y es que el ataque que pudimos ver en Homeland, tal vez sea posible.

Ante dicha tesitura, ¿qué hacemos? ¿Cortamos la conectividad y todos los beneficios que esta aporta? ¿O protegemos tanto como podamos el software de los dispositivos y cruzamos los dedos para que ningún asesino o terrorista encuentre la posibilidad de hackearlos?

Sin duda, un problema que hará acelerar el corazón a más de un desarrollador.