La preocupación ante la inestabilidad laboral, los problemas de convivencia originados durante el confinamiento, la falta de exposición solar o la pérdida de ejercicio al aire libre nos han llevado a sufrir trastornos del sueño, entre despertares nocturnos e insomnio.

Esta situación provoca estrés y afecta sin que lo podamos evitar a la salud de las personas. No hay que olvidar que, fruto de la actividad metabólica desarrollada durante el día, nuestro cuerpo acumula toxinas, que luego son eliminadas cuando dormimos.

Si no podemos dormir, estas sustancias tóxicas se acumulan en el cerebro dando lugar a cambios de humor, irritabilidad, dificultad a la hora de procesar las ideas, etcétera. Además, el insomnio puede llevar a la persona a padecer diabetes que puede terminar siendo crónica, y dar lugar a alteraciones en el habla, pérdidas de memoria, incapacidad para solucionar problemas o aprender, menor capacidad creativa, etcétera.

Consejos para obtener un sueño saludable en nuestro cambio de vida

A la hora de dormir, debemos cuidar nuestra alimentación y practicar deporte de manera regular. Estas actividades nos serán de gran ayuda para reducir los trastornos del sueño de los que hablamos.

Es muy importante llevar una vida ordenada sujeta a un horario regular, lo que significa que deberíamos irnos a dormir a una hora concreta. Además, es preciso evitar hacer ejercicio o consumir cualquier estimulante como café o tabaco justo antes de irnos a dormir.

Actualmente, la medicación es un aliado para que la gente pueda dormir y descansar bien por la noche. Sin embargo, tiene contraindicaciones, por lo que resulta conveniente aprender a dormir de forma natural. ¿Cómo? Mediante la implantación de todas aquellas conductas saludables que nos van a ayudar a hacerlo:

• Definir un horario concreto y rutinas de sueño, especialmente para las personas que no pueden conciliar el sueño por la noche.
• Las siestas sólo son recomendables para las personas que se despiertan varias veces durante la noche o padece insomnio, aunque no deben durar más de 30 minutos.
• Exposición a la luz solar en horario diurno, saliendo al balcón, disfrutando de la terraza de nuestra vivienda o dando un paseo a primera hora del día. Esta actividad nos ayudará a regularizar el reloj biológico.
• Evitar utilizar el dormitorio a lo largo del día. En caso de sufrir insomnio, sólo es conveniente dormir la siesta menos de 30 minutos.
• No practicar deporte antes de acostarse para evitar estimularnos. Es conveniente hacer ejercicio a primera hora del día.
• Es muy importante no abusar de los dispositivos móviles y otros aparatos electrónicos antes de acostarnos y mucho menos estando en la cama. Su luz nos pone en alerta y consigue que los descansos sean insuficientes.

• Intentar relajarnos un tiempo antes de acostarnos, evitando todas aquellas noticias y pensamientos que nos preocupan sobre la situación que estamos viviendo.
• A la hora de potenciar y reactivar nuestro sueño, es posible llevar a cabo un ritual de relajación sencillo consistente en tomar un vaso de leche caliente antes de acostarnos o darnos un baño caliente.