La fabricante de dispositivos inteligentes para la IoT (Internet de las Cosas) Xandar Kardian presentaba hace pocos días su nueva solución de monitorización a distancia de las constantes vitales.

Este aparato se sitúa a una distancia de menos de tres metros de la persona a la que debe prestar servicio, un radio en el cual sus dos sensores pueden recibir datos.

Dichos sensores son el del ritmo cardíaco, que ofrece un 95% de fiabilidad en las lecturas dentro de los tres metros de distancia, y el del ritmo respiratorio, que hasta los cinco metros ofrece un 95% de fiabilidad, y entre los cinco y los nueve metros ofrece un 90%.

Pero ¿cómo es posible que este aparato tome dichas constantes a distancia? La respuesta se encuentra en los radioimpulsos de banda ultra ancha, lo que en inglés se conoce como ir-uwb, y que consiste en un sistema de radar empleado entre otras tareas para servicios de localización en interiores.

Para lo que se utilizan en este caso concreto es para captar, en el caso del ritmo cardíaco (que se toma en reposo) el latido del corazón en periodos de entre 5 y 20 segundos. De hecho, este órgano es el que genera el movimiento más perceptible en el interior del cuerpo humano.

De la misma forma, a medida que respiramos, nuestros pulmones y parte de la región abdominal se mueven, y lo que hace el sistema de Xandar Kardian es captar dicho movimiento en tiempo real para analizar quince millones de firmas de impulsos por segundo.

Si los dispositivos de monitorización de estos parámetros tienen que llevarse puestos o ser conectados a los usuarios de alguna forma, como ya he explicado antes, el presente aparato lo realiza todo a distancia.

Esto significa que si, por ejemplo, lo ubicamos en nuestro domicilio, podremos obtener una monitorización continua de nuestro estado de salud y, además, podemos programar notificaciones cuando el software detecte determinados patrones anómalos.

De esta forma, monitorizar a alguien que sufre enfermedades cardíacas o respiratorias es simple, incluso mientras se encuentra en la ducha -por ejemplo- sin llevar pulseras de actividad u otros wearables puestos.

En la lucha contra la COVID-19 también es de utilidad, ya que permite mantener la monitorización de un paciente (con un elemento tan importante en la lucha contra esta enfermedad como es la respiración) sin que el personal médico tenga que tocarlo directamente.