Ya lo explicábamos hace unas semanas: un smartphone es un vehículo perfecto para el contagio de virus y bacterias, incluído el Coronavirus. Y, ya entonces también, dábamos algunas posibles soluciones al problema de higienizarlo: utilizar bastoncillos para las orejas mojados en una solución hidroalcohólica, o bien utilizar una fuente de rayos ultravioleta.

Para esta última opción, más sofisticada, necesitamos algún aparato que emita la fuente de rayos UV, y hablábamos concretamente de un aparato, del higienizador de DCU Tecnologic, que por 39,07 € es capaz de realizar el trabajo.

Bien, pues estos días he tenido la oportunidad de probarlo, así que aquí expongo mi experiencia de uso con este dispositivo.

Simplicidad

Esta es la clave desde que abrimos la caja y lo sacamos. Al abrir la tapa, encontramos un manual multilingüe muy escueto, y un cable USB. No incluye un transformador, pero es que solamente necesita un cable con un cabezal microUSB que, por el otro lado, puede ir conectado a un transformador de cualquier smartphone o al puerto USB de un ordenador, ya que solamente demanda una alimentación estándar de 5 V y 2 A.

Su aspecto refuerza esta simplicidad de uso: en la parte trasera podemos apreciar la toma microUSB por donde lo conectaremos, y en su parte delantera tenemos dos botones (sin relieve) separados por una ristra de cuatro luces LED.

El botón de la izquierda nos permite iniciar el proceso de higienización, mientras que los indicadores LED que encontramos a su derecha corresponden al progreso de la operación (25%, 50%, 75% y 100%). El botón que queda más a la derecha corresponde a la aromaterapia.

Porque, si queremos aromatizar nuestro dispositivo además de limpiarlo, también podemos hacerlo. ¿Cómo? Pues, para ello, solamente tenemos que vertir unas gotas de aromatizador en la ranura interior que encontramos, abriendo la tapa, a mano izquierda.

Y a mano derecha, dentro de la misma cavidad en la que situaremos el objeto a esterilizar, vemos un puerto de tipo USB-A. Gracias a la capacidad de carga pass-through, el higienizador de DCU puede cargar el smartphone que está limpiando, todo al mismo tiempo.

Realizando la limpieza

El higienizador de DCU Tecnologic monta lámparas que generan luz ultravioleta en la banda de los 253,7 nanómetros, lo que corresponde al tipo C de rayos UV (de entre 100 y 280 nanómetros).

Son los que se utilizan en laboratorios y otras instalaciones para esterilizar material de todo tipo y, por lo tanto, son los que se necesitan para limpiar correctamente cualquier objeto.

La cavidad interna del higienizador tiene unas dimensiones de 180x100x32 mm, pudiendo alojar smartphones de hasta 6", incluida una funda protectora. Además, no solamente lo podemos utilizar con teléfonos: cualquier objeto que pueda caber en la cavidad interior, puede ser limpiado con este aparato.

Una vez ubicado aquello que queremos esterilizar en la bandeja interior, cerramos la tapa y pulsamos el botón de higienización. El proceso entero dura casi 5 minutos exactos (en las pruebas que he hecho, está entre 4:57 y 4:58). No obstante, señalar que las fuentes que he consultado recomiendan una exposición mínima de entre 5 y 10 minutos, así que lo que yo hago son dos pasadas y, como manía personal, le doy la vuelta tras haber hecho la primera pasada para hacer la segunda.

Cuando termina el proceso, y al igual que cuando lo conectamos y cuando iniciamos el proceso, una voz femenina pregrabada lo anuncia.

Valoración

La clave de este aparato es, como he indicado, la simplicidad. No se complica con muchas opciones, control mediante una app u otras historias. Hace lo que promete y punto y, como bonus, la aromaterapia incluida (que a mi particularmente me sobra, pero entiendo que haya a quien le pueda parecer oportuno.

Lo que sí me parece práctico es la inclusión del puerto USB-A en el interior de la cavidad para cargar el smartphone que estemos esterilizando.

Obviamente, no es un aparato pensado para un uso en serie, sino para tener en casa y utilizar con nuestras llaves, el móvil, e incluso la mascarilla cuando llegamos a casa de la calle.