Es muy posible que hayas escuchado alguna que otra vez aquello de que debemos comer cinco veces al día o que el colesterol puede subir peligrosamente al ingerir más de dos huevos a la semana. Sin embargo, no todo es como lo pintan y tampoco hay que ser tan restrictivos en algunos aspectos; todo dependerá de tu condición física y de lo que te recomiende un profesional de la salud.

Mitos que debes desterrar para siempre

Cada persona es un mundo y lo hay que hacer es llevar un estilo de vida saludable, comiendo bien y de todo, y haciendo ejercicio regular. Por eso es conveniente tener en cuenta que existen algunos mitos que no deberíamos seguir tan meticulosamente para alcanzar nuestros objetivos:

• El peso es algo que nos obsesiona a todos. Cuando queremos adelgazar, nos pesamos todos los días y muchas personas terminan obsesionándose con los números, siguiendo dietas muy estrictas que lo único que consiguen es empeorar su estado de salud. De hecho, la sarcopieda es una condición física en la que la persona está visualmente delgada a pesar de tener un nivel de grasa alto. En el caso contrario están los hombres y mujeres que siguen un entrenamiento físico y tienen más peso que los sedentarios, aunque físicamente no lo aparenten. En estos casos, el nivel de grasa es bajo con respecto al porcentaje óseo o de grasa magra porque el deporte aumenta su musculación. Si llevas una dieta rica en nutrientes y haces actividad física regular encontrarás el equilibrio perfecto para sentirse bien por fuera y por dentro.
• Las calorías también nos obsesionan y muchas veces no prestamos atención a lo que verdaderamente importa. Por ejemplo, el coco y el aguacate tienen calorías, pero se sabe que tienden a acelerar el gasto energético. También es importante contar con carbohidratos complejos al aportar altas dosis de energía. Eso sí, hay que consumirlos moderadamente. En cuanto a la fibra vegetal y las proteínas, debes saber que tienen un efecto saciante importante y que potencian la quema de calorías al aportar muchos micronutrientes. Como último consejo, olvídate de los azúcares y las grasas que potencian el sabor, y empieza a decantarte por verduras, ensaladas y pescados cocidos o a la plancha.
• La clásica pirámide nutricional fue creada por la industria de la alimentación. Si te das cuenta, en la cúspide se encuentra el consumo de pan, patata, pasta y galletas, mientras que las proteínas están en una posición inferior. Seguir una dieta basada en los carbohidratos (productos fabricados en masa a precio reducido) puede aumentar el nivel de obesidad y la aparición de diabetes. Comer mejor es posible y fomentar el consumo del comercio pequeño está en nuestra mano.
• ¿Realmente debemos limitar el consumo de huevos para evitar que nuestro nivel de colesterol aumente? No. Se ha comprobado que aumentar el consumo de grasa y reducir el consumo de productos industriales y carbohidratos simples es beneficioso para la salud y aumenta la longevidad. El nivel de colesterol que aporta el huevo en personas que están sanas no es significativo y depende de otros factores como el peso, la genética y los hábitos del día a día. En realidad, es la comida procesada la responsable de aumentar el colesterol en sangre. Un huevo tiene aproximadamente 200 miligramos de colesterol, pero también es fuente de proteína, posee pocas calorías y más grasas insaturadas que saturadas. Si consumes un huevo al día no resulta perjudicial ni aumentará las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular.