Estamos pasando por tiempos muy difíciles como resultado de esta pandemia mundial y lo único que podemos hacer es seguir las medidas de precaución y empezar a pensar qué hacer para evitar que vuelva a aparecer. Promover una alimentación sana a base de vegetales es un buen comienzo para potenciar ...
Estamos pasando por tiempos muy difíciles como resultado de esta pandemia mundial y lo único que podemos hacer es seguir las medidas de precaución y empezar a pensar qué hacer para evitar que vuelva a aparecer. Promover una alimentación sana a base de vegetales es un buen comienzo para potenciar nuestra salud y evitar el efecto devastador de futuras pandemias.
Los brotes de virus como el Covid-19 están asociados a animales salvajes, aunque se sabe que este tipo de patógenos pueden transferirse al ser humano a partir de animales de granja. De hecho, tenemos varios ejemplos que lo demuestran como son la gripe porcina y gripe aviar.
En los últimos años, nuestra salud se ha visto perjudicado por la ganadería industrial, siendo responsable de algunas enfermedades infecciosas que hasta ese momento desconocíamos. Lo peor de todo es que no se trata de casos aislados porque los expertos auguran nuevos brotes y pandemias.
Las granjas industriales que existen actualmente son fuente de contagio de patógenos y una vía de transmisión accesible al ser humano. No todas pero algunas de ellas poseen todas las condiciones necesarias para convertirse en un gran foco de infección: hacinamiento descontrolado, pésima gestión con respecto al agua y a las heces, y proximidad del ganado con animales salvajes.
Los animales de granja son criados para alimentar al ser humano y existe un contacto directo con las personas, de ahí que la transmisión de zoonosis sea muy alta. Los animales domesticados, hablamos básicamente del ganado, tienen un gran número de virus semejantes a los del ser humano. Si tenemos en cuenta esto, muchos virus han tenido su origen en estos animales: gripe A, sarampión, difteria, tos ferina, viruela, tuberculosis o paperas.
Ahora bien, dentro de un grupo de individuos, su diversidad genética frena la propagación de patógenos, algo bastante común en la naturaleza que no sucede en la ganadería industrial.
Algunos expertos coinciden en que todos deberíamos cambiar nuestras prácticas alimentarias para mejorar nuestra calidad de vida y evitar la propagación de virus y bacterias. Nuestro sistema alimentario actual no es muy aconsejable porque, además de potenciar la transmisión de patógenos, supone un impacto negativo en el medio ambiente y a nivel social.
Ahora bien, a la hora de obtener resultados trascendentales, el cambio individual es muy importante. Implantar una dieta con mayor número de vegetales es un reto que todos deberíamos ponernos. Además, compartir nuestros progresos en las redes podría ser el mejor método para aumentar el número de partidarios hacia un tipo de alimentación más ecológica, sana y equilibrada.
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