Muchas veces, el insomnio está relacionado con la ansiedad y, quienes lo padecen, lo pasan realmente mal al preguntarse si podrán dormir a la noche siguiente y si se despertarán con la misma desgana que en días anteriores.

A día de hoy es bastante común el hecho de que ambos malos males coexistan. Además, la situación puede empeorar aún más cuando empezamos con el horario de verano, cuando el cuerpo tiene que adaptarse para dormir a otra hora distinta.

El insomnio y la ansiedad se dan la mano

El insomnio está asociado a trastornos de ansiedad, depresión o estrés postraumático, aunque también puede aparecer por hábitos poco saludables como mantenerse despierto hasta altas horas de la madrugada viendo una película o internet en el móvil.

Las personas que encuentran ciertas dificultades para conciliar el sueño, amanecen con sentimientos de inquietud, irritabilidad y nerviosismo. Sin embargo, existen métodos para liberar esa tensión acumulada, de forma que la ansiedad desaparezca y podamos dormir tranquilos.

Calmar la ansiedad a través del movimiento

El estrés hace que nuestros músculos permanezcan igual de tensos como cuando sentimos dolor o sufrimos algún tipo de lesión. La angustia activa el sistema nervioso simpático, que prepara al organismo ante lo que considera una especie de ataque. Así, algunos síntomas hacen acto de presencia, como respiración acelerada y latidos de corazón más rápidos.

El ejercicio diario relaja los músculos de nuestro cuerpo al transmitir calma y seguridad, y la respuesta que recibe nuestro cuerpo para escapar o luchar contra una supuesta amenaza disminuye. De ese modo, si antes de acostarnos realizamos algún tipo de actividad que reduzca nuestro nivel de ansiedad, conseguiremos dormir.

La relajación muscular progresiva consiste en hacer una serie de estiramientos, cuyo objetivo es influir en nuestro nivel de ansiedad y reducir así la tensión muscular provocada. La idea es flexionar o tensar los principales músculos del cuerpo durante unos segundos para después relajarlos, liberando de ese modo la carga.

Si convertimos esta práctica en un hábito regular, es posible que en cuestión de varias semanas podamos notar los resultados. Ahora bien, lo más adecuado es contar con la ayuda de especialistas que puedan guiarte y aconsejarte para que puedas practicar este método sin ningún riesgo.

El yoga también es una magnífica alternativa para mejorar el sueño. Y es que hablamos de una técnica de relajación muy completa que incluye meditación, ejercicios de respiración, fortalecimiento de músculos y estiramiento. Además, el yoga lleva a cabo estiramientos musculares suaves, algo que relaja y ayuda a reducir el estrés.

Algunas personas creen que pueden quedarse dormidos mientras ven la televisión antes de acostarse, pero es muy difícil conciliar el sueño si se está excitado o entretenido. Por esa razón, si una persona no puede dormir, puede ser de gran ayuda levantarse de la cama e intentar hacer algo que le relaje como llevar a cabo una rutina de estiramiento hasta que el cuerpo se canse. Claro que también puede funcionar tomarse un baño, escuchar algo de música relajante, leer y, por supuesto, evitar tomar cafeína al menos ocho horas antes de irse a la cama.