Adelgazar siempre es algo complicado y conlleva un proceso relativamente largo en el tiempo. Es imposible perder peso con el mínimo sacrificio, aunque ese probablemente sería el sueño de todos nosotros. Muchas dietas aseguran que sí es posible, pero sus promesas se las lleva el viento y en poco tiempo volvemos ...
Adelgazar siempre es algo complicado y conlleva un proceso relativamente largo en el tiempo. Es imposible perder peso con el mínimo sacrificio, aunque ese probablemente sería el sueño de todos nosotros.
Muchas dietas aseguran que sí es posible, pero sus promesas se las lleva el viento y en poco tiempo volvemos a recuperar los kilos perdidos. Aún así, existen métodos que pueden durar en el tiempo como son la dieta vegetariana y la cetogénica.
El objetivo de ésta última consiste en reducir el consumo de carbohidratos para que el organismo tenga que obtener la energía a partir de la grasa. En cuanto a la vegetariana, su fin no es adelgazar sino eliminar la ingesta de alimentos de origen animal.
Ahora bien, ¿qué relación tienen con la dieta cetotariana? ¿En qué consiste y cuáles son sus ventajas?
Esta dieta es un híbrido entre la cetogénica y la vegetariana. Se basa en emplear algo de carbohidrato, así como el consumo moderado de proteína, siendo abundante en grasas. Sus orígenes datan de 2018 y con el tiempo se ha podido demostrar su efectividad.
La dieta cetogénica es muy útil para perder peso, pero además ofrece una serie de excelencias que pasamos a nombrar a continuación: Tiene propiedades antiinflamatorias, controla la diabetes tipo 2 y actúa como protector frente a enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer.
En cuanto a la dieta vegetariana, es eficaz para mantener una buena salud cardiovascular y también es antiinflamatoria, algo que sucede con cualquier dieta que limite la ingesta de hidratos de carbono.
La dieta cetotariana, por su parte, es un combinado de las dos mencionadas, solo que resulta más flexible al permitir el consumo de pescado, mantequilla y huevos. Aún está por ver si resulta más beneficiosa que sus predecesoras, aunque de momento no ha dado malos resultados. Y es que combate la inflamación, responsable de la aparición de múltiples enfermedades degenerativas y autoinmunes, así como de la diabetes y del envejecimiento.
Esta dieta consiste en reducir la cantidad de hidratos de carbono consumidos a 25 gramos, lo que significa el 5% de las calorías totales. En cuanto al 75% debe adquirirse a través de las grasas, mientras que el 20% que queda hace referencia a la ingesta de proteínas.
En la dieta cetotariana es importante apostar por los alimentos ecológicos y limitar ciertos productos como el tofu, que posee gran contenido de fitoestrógenos que pueden alterar la producción hormonal, y evitar consumir aceite de soja caliente al favorecer la inflamación. De la misma manera, también son excluyentes de esta dieta las verduras solanáceas, como los pimientos, las patatas, los tomates o los pimientos, que impiden correctamente la absorción de nutrientes.
Las grasas se obtienen de manera sencilla, gracias a ciertos productos vegetales ricos en omega 3 como el aguacate, el aceite de oliva y las semillas de chía, cáñamo o de lino. En cuanto a las proteínas, basta con consumir huevos y yogur griego para alcanzar dicho objetivo, de ahí que para los veganos sea más complicado seguir este tipo de dieta.
La dieta cetotariana es efectiva para perder peso, además de saludable. Su plan nutricional hace que el cuerpo utilice la grasa como combustible, olvidándose de los carbohidratos, por lo que no perdemos músculo y mantenemos la tasa metabólica basal. Además, regula los niveles de saciedad, lo que conlleva que tengamos menos hambre.
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