Entre semana no podemos dormir todas las horas que nos gustaría y solemos aprovechar el fin de semana para recuperar el sueño perdido. Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado que es posible que este hábito tan habitual no sea tan saludable como imaginamos. ¿Quieres saber la razón?

El estudio, publicado en una revista de biología de Reino Unido llamada Current biology, ha llegado a la conclusión de que el hecho de dormir más durante el fin de semana, no servirá de nada si continuamos durmiendo mal el resto de la semana.

La idea parece clara. Entre semana dormimos menos horas y comemos mal y a destiempo, por lo que aprovechar el fin de semana para ese menester no regulará el azúcar en la sangre ni repondrá nuestro cansancio si le va a seguir una falta completa de sueño.

Dormir poco puede resultar algo negativo para nuestra salud. De hecho, es recomendable dormir al menos siete horas en el caso de los adultos y algunas más en el caso de los pequeños.

No dormir provoca excesos en la comida

En este estudio participaron un grupo de personas jóvenes durante varios días. Estos hombres y mujeres no tenían bebés en casa ni nada que pudiera afectar su calidad de sueño, pero contaban con necesidades diferentes.

El primer grupo pudo dormir un total de nueve horas durante diez días. Otro grupo sólo pudo disfrutar de cinco horas de sueño, mientras que el tercero durmió cinco horas entre semana, solo que el fin de semana pudo dormir tanto como quiso.

Los dos grupos que durmieron pocas horas, tomaron algún tentempié tras la cena, por lo que terminaron aumentando de peso (los hombres más que las mujeres). Lo peor de todo es que el grupo que pudo dormir más durante el fin de semana, también ganó peso.

Cuando no dormimos, nuestro cuerpo quema más calorías y tendemos a comer más. Sin embargo, solemos ingerir más alimentos de lo que nuestro organismo realmente necesita, ganando peso. Y es que parece ser que las hormonas relacionadas con el hambre se ven alteradas por la falta de sueño.

¿Dormir más sirve de algo?

Sin duda, el caso del grupo que pudo dormir más durante el fin de semana resultó algo insólito. Aunque la gente pudo recuperar el sueño que había perdido de lunes a viernes, parece que eso fue insuficiente.

Al volver a su rutina diaria dotada de pocas horas de sueño, la capacidad del cuerpo para regular el azúcar en la sangre resultó limitada. Y es que este grupo mostró más resistencia a la insulina tanto en el hígado como en los músculos, los dos tejidos que ejercen un papel primordial con respecto a la glucosa generada después de comer.

El estudio ciertamente es revelador, pues los datos aportados determinan por qué la gente que duerme insuficientes horas, tiene más riesgo de padecer enfermedades como un ataque al corazón o la diabetes. Todo está relacionado con la deficiencia que presenta el cuerpo a la hora de regular el azúcar en la sangre, lo que termina por afectar nuestra salud a largo plazo.

Es lo que se conoce como síndrome metabólico, cuyos resultados pueden ser aumento de colesterol, grasa localizada en la cintura, alta presión y exceso de azúcar.