Así puede ser un día normal para muchas personas con móvil. Te levantas con su alarma. Chequeas Instagram antes siquiera de poner un pie en el suelo. Con el café, What´s App; y mientras desayunas googleas para estar al tanto de las últimas noticias. Enciendes el ordenador para trabajar y… ¡Ay! ...
Así puede ser un día normal para muchas personas con móvil.
Te levantas con su alarma. Chequeas Instagram antes siquiera de poner un pie en el suelo. Con el café, What´s App; y mientras desayunas googleas para estar al tanto de las últimas noticias. Enciendes el ordenador para trabajar y… ¡Ay! Toca entrar en Linkedin para ver qué se cuece en el plano laboral y ya en los descansos le llegará el turno a Twitter o la video llamada pendiente con tu amiga. Es fácil encadenar: todo está a un golpe de clic. ¡Y es solo el comienzo de un bucle que termina cuando te vas a dormir! Probablemente antes del confinamiento pertenecías ya al 67% de quienes verificaban sus móviles incluso cuando no sonaban ni vibraban, al 95% de los que consultaban pantallas antes de acostarse, y si tienes entre 18 y 34 años mirabas tu Smartphone hasta 100 veces, según un estudio de Microsoft en Canadá y otro del Instituto Datakey especializado en la investigación de mercados.
¿Y qué ha pasado durante la cuarentena? Pues que el empleo del móvil ha aumentado un 45% y si antes la media de uso estaba en 3 horas y 15 minutos, ahora se ha disparado hasta 5 horas y 5 minutos, a tenor de un informe realizado por puntronic.com, e-commerce especialista en la venta de electrónica.
Es una realidad: vivimos hiperconectados. Y como todo, tiene su parte buena. Para Coco Brac de la Perrière, experta en mindfulness, détox digital y colaboradora de la app de meditación Petit BamBou, "en el ámbito laboral ahora somos más eficientes, nos concentramos más y sufrimos menos estrés, porque perdemos menos tiempo en desplazamientos. En el plano personal vemos más a nuestros seres queridos por vídeo conferencia". Pero luego está la parte negativa, y es que "realizamos más acciones en piloto automático, es decir, sin ser conscientes de que las estamos realizando, como revisar el buzón de correo, mensajes de texto, redes sociales y gestos cotidianos, y que no nos permiten abrirnos al mundo, sino huir de él. La herramienta digital debería reconectarnos con los demás, no alejarnos", apunta.
¿Has oído hablar de nomofobia, phubbing o smombie? Son algunas de las patologías asociadas al enganche tecnológico, que desgrana Coco Brac:
La pregunta que deberíamos hacernos para saber hasta qué punto estamos hiperconectados en la era de la pandemia la lanza la experta en détox digital: ¿Podrías prescindir de tu teléfono por un día? Antes del estado de alerta alarma el 60% de los españoles respondió que no. Es fácil suponer que la cifra ha ido a más.
Desde Petit BamBou, la experta sugiere algunos consejos para tratar el enganche a las pantallas:
S: "S"top a la dedicación compulsiva a los dispositivos.
T: "T"ime o tomarse tiempo para respirar con calma.
O: "O"pen, abrir y observar las emociones que nos produce el consumo compulsivo.
P: "P"lay, y no pause. Avanzar y no estancarse en el deseo de salir de esta adicción.
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