Anunciados como los primeros dispositivos en desactivar la COVID-19, los túneles CA-VID de Epitécnica consisten en una estructura en forma de túnel (naturalmente) que se ubican en los accesos a los edificios u otras zonas cerradas, sujetos a una gran afluencia de público. Su forma es similar a los modernos arcos ...
Anunciados como los primeros dispositivos en desactivar la COVID-19, los túneles CA-VID de Epitécnica consisten en una estructura en forma de túnel (naturalmente) que se ubican en los accesos a los edificios u otras zonas cerradas, sujetos a una gran afluencia de público.
Su forma es similar a los modernos arcos detectores de metales que podemos encontrarnos en los aeropuertos, y utilizan una sustancia activa que desactiva el virus, no lo desinfecta.
La desactivación consiste en la inhibición de la capacidad de replicación del patógeno, de forma que no desaparece pero queda totalmente inofensivo, sin capacidad de contagiar ni de replicarse. Obviamente, este tratamiento afecta a todas las superficies expuestas de la persona que entra en el túnel CA-VID.
La sustancia empleada ha sido desarrollada conjuntamente con la Universitat Politècnica de Catalunya y ha sido patentada a nivel mundial por la misma Epitécnica.
El líquido se esparce a través de unos difusores especiales que dotan a sus partículas de un tamaño de hasta veinte micras (lo que se llama microgotas), formando una especie de neblina que no moja y, por lo tanto, uno sale seco tras pasar por el túnel de desactivación.
El tiempo mínimo de exposición para que la solución sea efectiva es de 15 segundos y, con una sola carga del líquido utilizado, el CA-VID es capaz de realizar el tratamiento completo a hasta 2.500 personas. Tras los quince segundos, el túnel se queda en estado de stand-by esperando la entrada de otra persona.
Su instalación y uso es muy simple, y no se requiere de conocimientos técnicos: simplemente conectarlo a un enchufe eléctrico, y ya funcionará. Igualmente, el proceso de recarga del líquido también es sencillo para que pueda realizarlo personal de la misma empresa u organización usuaria.
De igual forma, la detección de quienes pasan a través de él es automática. Así, el personal de seguridad y acceso, puede dedicarse a mantener la cola que se forma para pasar a través del túnel, y a asistir a las personas que van llegando.
El CA-VID también está adaptado, de forma que pueden pasar por él sin ningún problema las personas con movilidad reducida.
Además de la UPC, Epitécnica ha contado también con la certificación del organismo de control español Applus+.
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