Podemos darle la vuelta a este círculo vicioso y hacer que gire en sentido contrario. Si aumentamos la calidad y/o cantidad de nuestros contactos sociales nos sentiremos mejor y, si nos sentimos mejor, nos apetecerá más estar con los demás y romperemos la cadena depresiva a la que nos estamos viendo abocados.

Incrementar el contacto con otras personas

Las personas que nos rodean suelen estar muy implicadas en nuestro bienestar, nos ayudan a ver las cosas desde otros puntos de vista, nos aportan tranquilidad y diversión y forman una parte agradable de nuestra vida diaria. Es primordial que aumentemos nuestros contactos con otras personas e intentemos fortalecer los que ya tenemos para mantener el equilibrio necesario para lograr una adecuada calidad de vida.

Excesos peligrosos

Se recomienda tener cuidado. Las personas que buscan relaciones de gran intensidad, cuando los demás no responden según sus expectativas, se sienten humillados y tristes. Es importante entender que tener relaciones con otros no implica, necesariamente, establecer un trato muy estrecho. Pueden consistir simplemente en tomar un café algún día, charlas con alguien por la calle o decir algo agradable a un vecino, lo que permite mantener el vínculo pero no implica una innecesaria profundidad.

Disfruta de actividades agradables en compañía

Cuando ejecutamos estas actividades nos sentimos de buen humor y somos más sociables. Existen muchas opciones interesantes que se pueden adaptar a la personalidad del interesado:

-Si quieres ayudar a los demás anímate a participar en un voluntariado para ayudar en grupo a otras personas.

-Si te gustan los deportes puedes: acudir a un gimnasio, organizar grupos para caminar juntos, apuntarse a clubs de senderismo, bailar en un centro, etc.

-Si prefieres realizar nuevas actividades es posible participar en talleres de manualidades, escritura, pintura, idiomas, etc.

-Si disfrutas de la cocina puedes asistir a cursos específicos de comida japonesa, catas, etc.

-Si te apasiona ir de viaje (y cuando la situación lo permita), es posible anotarse a las excursiones patrocinadas por diferentes Administraciones, a los viajes organizados, etc.

También se considera importante centrarse en los valores personales ya que, en ocasiones, el problema principal al que nos enfrentamos en algunos momentos de la vida no es tener problemas, sino que no estamos viviendo nuestra vida plenamente. Vivir una vida valiosa es actuar según lo que valoramos. ¿Dónde queremos que se dirija nuestra vida? ¿Qué es lo que haríamos si pudiésemos elegir libremente? Los valores son direcciones generales de vida elegidas que nos permiten definir a qué nos gustaría dedicar nuestra vida.

Se trata de elegir cómo queremos vivir, y para ello la primera tarea es descubrir qué ámbitos de la vida son los más importantes para nosotros actualmente y cuál puede ser el valor clave en cada uno de ellos. Posteriormente, debemos establecer metas, desarrollar las acciones para conseguirlas y analizar los obstáculos y las estrategias para manejarlos y lograr nuestro objetivo.

Es posible que necesites ayuda para realizar este proceso y mantener un estado de ánimo positivo. Acude al psicólogo y consulta todas tus dudas.