Siempre hemos relacionado el sexo con los gustos de la vista y el tacto. Sin embargo, ¿qué hay del gusto y el olfato? Se trata de otros sentidos que juegan un papel fundamental en las relaciones íntimas. Y es que a la hora de mantener relaciones sexuales, nos pueden estimular ...
Siempre hemos relacionado el sexo con los gustos de la vista y el tacto. Sin embargo, ¿qué hay del gusto y el olfato? Se trata de otros sentidos que juegan un papel fundamental en las relaciones íntimas. Y es que a la hora de mantener relaciones sexuales, nos pueden estimular dando lugar a relaciones sexuales placenteras, pero también inhibir.
A la hora de disfrutar en pareja, es preciso el diálogo, la comunicación y la sinceridad. Debemos decir al otro lo que nos gusta y lo que rechazamos en el sexo. Eso sí, siempre de forma optimista y con mucho tacto. Para evitar discusiones y que la otra persona se ofenda, lo mejor es decir primero lo que nos gusta y dejar para lo último aquello que nos desagrada.
El aroma, algo clave en nuestras relaciones
Pese a lo que pueda parecer, solemos emplear el olfato en nuestras relaciones. Se trata de una carta de presentación que hace que la otra persona se acerque o huya despavorida. Los especialistas en marketing utilizan este tema para publicitar ciertos productos de cosmética y perfumería porque saben que algunas fragancias pueden despertar el deseo.
Las personas asociamos los olores a alimentos, situaciones o personas. Tienen un poder especial que se guarda en nuestra memoria, de ahí que sepamos reconocerlo rápidamente. Si por el contrario nos desagrada, nuestro instinto de supervivencia saldrá a flote y el deseo desaparecerá.
El aroma que desprende la piel y la forma en la que saben nuestros besos es algo fundamental para promover el deseo. Algunos aromas pueden atraernos profundamente y el olor de algunos cuellos y cabellos puede hacer que sintamos el deseo de meter nuestra nariz, dejando que las feromonas actúen.
Así, los humanos empleamos perfumes o cosméticos artificiales para disimular nuestro aroma corporal, evadirnos de la monotonía y disfrutar de la vida y los sentidos.
A la hora de despertar el deseo y la pasión, los perfumes son un magnífico aliado. El olfato es uno de nuestros sentidos principales en lo que se refiere a la atracción y la sexualidad, aunque la elección de un perfume u otro dependerá de nuestras necesidades.
El olor y el sabor van unidos, y algunas compañías han investigado las últimas tendencias en perfumes y sabores para elaborar productos que inspiren al consumidor. De esa forma, nacen los lubricantes, encargados de intensificar los encuentros sexuales, así como los aceites, velas aromáticas, pinturas corporales comestibles y cremas estimulantes.
La investigación ha permitido que todos estos productos traten problemas sexuales en pareja y que los besos, masajes y caricias se transformen en experiencias embriagadoras.
La falta de higiene corporal es algo que nos frena. No ducharse cada día o la falta de aseo es algo que nos aleja de la persona deseada e incluso de nuestra propia pareja. Mantener una buena sexualidad pasa por una buena higiene, más allá de aplicarse lociones y cremas deliciosas.
Eso sí, asearse cada día no significa cambiar el olor natural de los órganos genitales. Algunas personas intentan eliminarlo por completo, principalmente algunas mujeres que utilizan a menudo los jabones íntimos. Sin embargo, una cosa es expulsar un olor fuerte o repulsivo y otra bien distinta es acabar por completo con el olor del órgano femenino, algo que algunos amantes consideran antierótico.
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