Una de las cosas que más preocupan a los padres guarda relación con la alimentación de sus hijos. Es un tema que inquieta bastante, más aún cuando apenas tenemos tiempo para crear el menú idóneo acorde a su edad, metabolismo y condición física. Sin embargo, algo que te ayudará bastante para acercarte o perfeccionar su alimentación consiste en saber cuáles son las principales carencias de la dieta infantil para erradicarlas y acabar con tus temores e incertidumbres.

¿Cuáles son sus carencias más significativas?

El Estudio Nutricional en Población Infantil Española ha ofrecido datos significativos a este respecto para que despejes tus dudas. El estudio determinó que los niños de entre uno y diez años que formaron parte de la investigación presentaban carencias de vitamina D. Teniendo en cuenta el resto de nutrientes, parece ser que su ingesta no era la adecuada, algo a lo que debían prestar atención los padres.

La vitamina D es muy importante para reforzar su estructura ósea, pues su ingesta facilita que los huesos absorban y retengan el calcio para estar más fuertes y sanos. De la misma manera, sirve de ayuda para mantener un sistema inmunitario óptimo y promueve el buen funcionamiento de otros sistemas del organismo como el endocrino, el neurológico o el cardiovascular.

Ahora bien, aumentar la ingesta de vitamina D no es complicado. Nuestro organismo la obtiene básicamente del sol y de los alimentos. Por suerte, en España podemos disfrutar de muchas horas de luz al día, así que los niños en este sentido no tienen ningún problema. Ahora bien, ¿qué ocurre con los alimentos?

En la dieta infantil, la leche y sus productos derivados deben consumirse habitualmente. Incluso los más pequeños deberán tomar leches adaptadas cada día. Eso les permitirá ingerir entre 2 y 3 veces más de vitamina D que las dietas que carecen de ella.

Los pescados grasos y azules aportan una gran cantidad de entre nutriente, así como los huevos, cereales integrales y mariscos. Sin embargo, la dieta infantil en España no suele estar dotada de estos alimentos. De hecho, los niños en nuestro país suelen excederse en el consumo de azúcares libres, proteínas y energía.

Según un estudio elaborado en 2019 por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y el Ministerio de Sanidad, aproximadamente un 40% de la población infantil de entre 6 a 9 años tiene exceso de peso. En adolescentes, este porcentaje disminuye, pero sigue siendo un problema de alimentación que puede evitarse.

Además de la vitamina D existen otro tipo de carencias. El calcio y el magnesio son necesarios para garantizar su salud metabólica y ósea. Incluso en algunos casos convendría reforzar la ingesta de ácidos grasos omega-3.

Este tipo de carencias podrían afectar a nivel funcional. Además, los malos hábitos practicados durante la infancia podrían ser adoptados también en la edad adulta. De ese modo, la obesidad en adultos podría estar asociada a la obesidad en la edad infantil. Incluso los jóvenes pueden empezar a tener los problemas que en el pasado solo padecían los adultos: hipertensión, apnea del sueño, hiperglucemia, problemas en articulaciones, salud ósea debilitada, etcétera.

¿Qué hay que hacer para reducir la tasa de obesidad infantil?

Para evitar el sobrepeso o la obesidad infantil es muy importante seguir estos prácticos consejos:

• No saltarse nunca el desayuno
• Realizar más ejercicio
• Evitar el sedentarismo
• Hacer de 4 a 5 comidas

No hacer ejercicio conlleva un gasto energético inferior y para evitar el sobrepeso no hay más remedio que reducir la cantidad de alimentos. Al hacer esto también se reduce el número de minerales y vitaminas ingeridas, dando lugar a varias carencias nutricionales.